Directamente
Cuando te miro a los ojos, tengo ganas de llorar por todas las veces que habríamos podido mirar juntos al infinito y diciendo "somos felices, no podemos pedirle más a la vida". Por todas las cosas que no tendrán nunca lugar. Por todas las veces en que habría podido hacerte feliz.
Pero no lloro.
Te miro directamente a los ojos y te miento.
A tí, que me devuelves la mirada sin parpadear.
Me partes el corazón.
Espero que sepas que no serás nunca como todos los demás.
Espero que sepas que las mentiras que se dicen mirando directamente a unos ojos sinceros, son las más difíciles, porque duelen dentro como cristales rotos.
Espero que lo sepas, porque yo no te lo diré nunca.
Y al final, aunque no quede nada más entre nosotros dos, al menos quedará eso.
P.S.(16 de enero, 3:24 a.m.)
Me pregunto si esta noche no duermes, como yo.
Y como siempre, no hay respuesta.