Compte a rebours encore une fois
Bueno, una vez más, se acerca la hora decisiva. Nada será de verdad hasta que me suba al avión (o no, puede que se haga verdad antes, nunca se sabe). Queda un mes para el viaje.
De nuevo una cuenta atrás.
Y mientras tanto, no creo que la espera se me haga larga, fiestas mediante... para empezar a animarme, mañana me subo a un avión de camino a Dinamarca. A ver si es verdad que la Sirenita del puerto tiene esa carita tan triste que se ve en las fotos. Y a comprobar si nuestros enviados al norte se quejan de vicio o con razón del frío. Además, nos vamos en los días más cortos del año, para que no se diga que no somos valientes!!
¿¿Dios mío, cómo meto tanto jersey en una bolsa de mano???
En realidad, había pensado dedicar este próximo post a dos noticias de esta semana, la muerte de Pinochet y la noticia de marras en Bélgica, pero he hablado de las dos cosas con mucha gente, y ya he expresado mi opinión suficientemente como para ser capaz de resumirla brevemente. Sobre la primera, decir que el tipejo era una reintegro de nuestra necroporra, lo cual quiere decir que tenía un pie en la tumba. Pero siempre decepciona cuando la vida demuestra ser de verdad injusta y no coloca a cada cual en su sitio. Lo siento por Chile, que no ha podido reaccionar a tiempo (que lo ha tenido) para demostrar que se puede limpiar la conciencia. Lo siento por las víctimas, que no verán reconocidas sus acusaciones. Lo siento, porque no se ha podido sentar un magnífico precedente, aunque si se hayan abierto puertas. Y lo siento, porque es el segundo acusado de crímenes de les humanidad que escapa a la justicia este año. Menos mal que quedan solo quince días.
Sobre Bélgica, me quedo sin palabras... Recuerdo cuando, todos sentados alrededor de una mesa en los ya lejanos días de Perugia, le contábamos al resto de nacionalidades allí presentes, que en España por el día de los inocentes, los medios de comunicación cuelan alguna bola entre las noticias normales (y entre tanta tergiversación, lo cierto es que cuesta distinguir). Todos nos miraron horrorizados.
Será que no hay que tomarse las cosas tan a pecho, digo yo.
De nuevo una cuenta atrás.
Y mientras tanto, no creo que la espera se me haga larga, fiestas mediante... para empezar a animarme, mañana me subo a un avión de camino a Dinamarca. A ver si es verdad que la Sirenita del puerto tiene esa carita tan triste que se ve en las fotos. Y a comprobar si nuestros enviados al norte se quejan de vicio o con razón del frío. Además, nos vamos en los días más cortos del año, para que no se diga que no somos valientes!!
¿¿Dios mío, cómo meto tanto jersey en una bolsa de mano???
En realidad, había pensado dedicar este próximo post a dos noticias de esta semana, la muerte de Pinochet y la noticia de marras en Bélgica, pero he hablado de las dos cosas con mucha gente, y ya he expresado mi opinión suficientemente como para ser capaz de resumirla brevemente. Sobre la primera, decir que el tipejo era una reintegro de nuestra necroporra, lo cual quiere decir que tenía un pie en la tumba. Pero siempre decepciona cuando la vida demuestra ser de verdad injusta y no coloca a cada cual en su sitio. Lo siento por Chile, que no ha podido reaccionar a tiempo (que lo ha tenido) para demostrar que se puede limpiar la conciencia. Lo siento por las víctimas, que no verán reconocidas sus acusaciones. Lo siento, porque no se ha podido sentar un magnífico precedente, aunque si se hayan abierto puertas. Y lo siento, porque es el segundo acusado de crímenes de les humanidad que escapa a la justicia este año. Menos mal que quedan solo quince días.
Sobre Bélgica, me quedo sin palabras... Recuerdo cuando, todos sentados alrededor de una mesa en los ya lejanos días de Perugia, le contábamos al resto de nacionalidades allí presentes, que en España por el día de los inocentes, los medios de comunicación cuelan alguna bola entre las noticias normales (y entre tanta tergiversación, lo cierto es que cuesta distinguir). Todos nos miraron horrorizados.
Será que no hay que tomarse las cosas tan a pecho, digo yo.
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Besitos!