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Mostrando entradas de 2012

San Silvestre

El último día del año tiene un sabor diferente, de contraste de promesas y recuerdos. Igual que los viernes por la tarde tienen el cansancio de la semana y los augurios del fin de semana y los domingos por la mañana tienen el lujo de la pereza y la sensación de que queda poco tiempo. El sol se pone sobre el horizonte - que por cursi que quede, se ve un poquito desde nuestro jardín - mientras escribo. Una naranja entre un mar de nubes. A él no le importa que sea el último día del año y que mañana comience todo otra vez, está a sus cosas de estrella y le damos igual, pequeñas hormigas sobre el tercer planeta a la izquiera - o a la derecha, siempre me ha gustado más la astrología que la astronomía. Tiene razón en el fondo, hace diez días fue el solsticio, y entonces, según los mayas, sí que empezó todo. Este año no tengo ganas de hacer examen de conciencia. Será que este clima atemporal me ha quitado la sensación de ajuste de cuentas y tabula rasa que siempre me trae el 31 de diciembr

Discurso

S, te conozco desde antes de que tuviéramos uso de razón. No sé cuando fue que adquirimos la razón exactamente, pero seguro que lo vivimos juntas. R, a tí te conocí cuando entraste en la vida de S, y desde el principio se vió que pegabais muy bien juntos. Por eso, cuando S me llamó y me dijo que os casabais, te contesté "¡por fin!", pero en realidad pensé "claro".  Porque lo que vosotros teneis es amor del bueno, del de verdad. De ese que dura una vida entera. Del amor de verse la cara recién levantado por la mañana y aún así decirse cosas bonitas Del amor de los detalles prácticos de la vida, como saber de memoria la pasta de dientes que le gusta al otro, y también al amor de los grandes gestos, del de dar siempre lo mejor de uno mismo sabiendo que uno más uno son más de dos.  Eso es lo que teneis vosotros; el cariño, el respeto, la complicidad, la camaradería... el amor.  Por eso es tan bonito veros siempre, y hoy, más que nunca. Me siento muy feliz de estar

Buscando palabras

Y aquí estoy, meses después de mi última entrada, intentando encontrar palabras esquivas para un texto, que esta vez no estará aquí. Un texto importante, que refleje muchas cosas sin ser confuso y que lo diga todo sin ser críptico. Qué fácil y qué difícil al mismo tiempo. Para decir cosas que ya se han dicho, y cosas que no se han dicho nunca, o para decir cosas que hemos dicho todos de manera que pensemos que no se han dicho. Palabras que no se puedan tergiversar - creo que eso no se puede evitar, el ingenio humano no tiene límite - prístinas y transparentes.... Ah, mañana - hoy, mirando el reloj - es un día importante. De aquí a finales del año, van a cambiar muchas cosas, incluso aunque no llegue el fin del mundo - cada vez estoy más convencida de que los mayas tenían razón, y este ciclo se acaba. Empieza uno nuevecito.

Historias

Yo siempre he querido tener el don de contar historias. Historias que hagan reír, que hagan llorar, que iluminen o siembren de dudas; historias de las que los lectores - sí, lectores - se acuerden porque les hayan dicho algo, aunque no sea lo que quieren oír. O porque sea lo que quieren oír. Contar historias que cuenten algo, que se hagan las dueñas de la narración y en las que los personajes sean casi como personas de carne y hueso. O sin el casi. Historias, con un principio, un nudo y un desenlace, o al menos con alguno de ellos. Porque hay historias que empiezan pero no acaban nunca, y hay historias que se acaban antes de empezar. En otras historias, nadie, ni el protagonista ni el autor, saben lo que está pasando, y el nudo se pierde en la distancia antes de que nadie se entere. Pero a veces tengo la sensación de que las historias se me escapan, aparecen y salen volando por la ventana antes de que me de tiempo a prestarles suficiente atención. Y la inspiración me mira, aburrida, d

Se vende anillo de hombre

Desde que estamos en Lilongwe - todavía no hemos encontrado un mote adecuado para esta ciudad - el Simpa y yo estamos abonados a un grupo de google que se llama Lilongwe chat, y que básicamente pretende ofrecer un espacio para asuntos comerciales, compras y ventas de cosas usadas, recomendaciones de empleo, en fin, un poco de todo. El problema es que le gente es muy pero que muy cutre... Hemos establecido varias categorías dentro de la cutredad; la más frecuente es la cutredad avariciosa (y su variante extremadamente avariciosa). Es el tipo de persona que llegó a Lilongwe hace tres o cuatro años, se compró los electrodomésticos nuevos (o el coche!) y ahora, después de haberlos usado, pretende venderlos al mismo precio que los compró (o más caros!). Y claro, encima no os podeis imaginar en qué estado venden las cosas. Hemos visto neveras de todos los colores - y creo que todas eran blancas en origen. El segundo tipo es la cutredad cicatera, así como Mr. Bean. Del tipo de: vendo un

Testigos pagados

Yo en mi vida de clase media normal, no había tenido nunca servicio en casa. He tenido asistentas en casa, diversas, de varios colores y tamaños, y con muchas o pocas manías – seguramente las que más han sufrido mis manías de gato han sido ellas, pero nunca se han quejado – las he tenido con espíritu de decoradoras y de bulldozer, pero en el fondo nunca han sido servicio en mi cabeza, porque nunca se han quedado a dormir en casa. Ahora tenemos gente en casa las 24 horas del día y me acuerdo de lo que decía mi bisabuela – dice Filomenita, porque la buena señora y yo nos cruzamos en este mundo, que el servicio son testigos pagados. Los guardas dan un saltito – unos saltan más que otros, no sé si tendrá una especie de ranking entre ellos, pero me puedo imaginar que sí, porque se esmeran mucho – cuando entro por la verja con el coche. Saltan y saludan a lo militar mientras yo les dijo "hello" con mi mejor sonrisa, porque no puedo saltar estando sentada al volante y además no ten

Conversaciones místicas

No debe haber mucha afluencia por aquí, porque nadie me ha comentado esta semana el cambio del blog... bueno, ya se andará, alguien volverá, pondrá un comentario en facebook ( cada día me gusta menos, pero es un mal necesario. Volviendo a mi atavismo español y envidioso, le he estado deseando al petardo del creador que le vaya mal en la bolsa. Al fin y al cabo, no ha hecho nada por el mundo... Bueno, como Steve Jobs... los héroes son cada vez más baratos y más cutres ), y volverán los lectores. Espero. Aunque hace ya mucho tiempo que dejé de escribir en el blog para informar de mis andanzas - aunque eso también lo haga. No estamos perdiendo el tiempo; llevo ya un par de semanas acumulando escenarios surrealistas con los que llenar las páginas - figuradamente - del blog, pero el que se lleva la palma es el Simpa. Será porque yo estoy trabajando de sol a sol ( esto literalmente, anochece como a las 17, justo cuando salgo del trabajo ), mientras que él, el pobre anda de un lado para ot

Winter is coming

Y de verdad, porque esto es el otro hemisferio y los días se acortan y las noches refrescan cada vez más. Nada que ver con el hecho de que esté enganchada a Canción de Hielo y Fuego . Ya era hora de que pusiera al día el blog; han pasado, como siempre últimamente, muchas cosas desde la última vez que escribí. También hay algunas que no han pasado, pero pasarán. Hasta me han cambiado los entresijos, las entretelas y las bambalinas del blog, aunque vosotros no lo veáis, sino que os quedéis con la nueva imagen, que es sólo el decorado. Esta vez, además de la razón normal de que he estado más liada que la pata de un romano, hay una razón concreta para no haber escrito; y es que la última vez que me puse a escribir, me dí cuenta de que estaba repitiendo una entrada casi palabra por palabra. Ante tamaña sequedad de espíritu y de inspiración, decidí esperar un poco antes de seguir escribiendo. Y luego, la vida prosaica me distrajo con varias mudanzas (sí, varias, y largas), muchos metros cu