Cajón de sastre

Y direis... ¿dónde se ha metido ésta, que hace un porrón (término técnico) que no escribe?

Bueno, no hace tanto... Aunque sí han pasado un par de cosas. Pero es que el otro día se me ocurrió cómo llevar a cabo mi idea de traducir el blog, y estoy en ello, así que cada vez que me meto en blogger es para arreglar el asunto (que lo mío me cuesta, porque he descubierto que mis limitados conocimientos de html además de limitados ahora son obsoletos), y al final, no me quedan ganas de seguir mirado la pantalla; entre las horas del trabajo y las del hobby, se me van a quedar los ojos como huevos cocidos (y dado que seguimos sin lentillas, sería tremendamente malo para mi eventual carrera de supermodelo, aunque empiezo a descartarla, soy muy mayor para cambiar de malos hábitos).
Además, estaba un poco enfadada con el mundo, la verdad. Aunque mi enfado me ha servido para quitarme una duda que siempre tuve.
Por qué estaba enfadada? Porque me tocaron unos billetes de avión (ellos mismos lo decían en el mail: "¿crees que nunca te toca nada? vete cambiando de opinión!" Aunque estoy segura de que el 90% de la población mundial se queja de que nunca les toca nada; si se dieran cuenta de las cosas que a uno le tocan en la vida... Moraleja: no me volveré a quejar nunca de que no me tocan cosas; aunque en realidad esta historia viene de mucho mucho más antiguo, del día en que, con seis años, descubrí la teoría de juegos sin saberlo...)... y direis: qué guay!! Si, mucho, pero eran desde Europa, porque me los regalaba Vueling (pagando las tasas), para ése mismo fin de semana. Desde luego, si hubiera podido, me habría ido a ver alguno de los destinos que no conozco, pero yo no podía; después del ataque de rabia delante del ordenador, pensé: uy, pero a lo mejor no es obligatorio que vuele yo, y se los puedo dar a alguien... efectivamente, podía volar cualquier persona... pero nadie quiso/pudo. Desde "es muy precipitado" hasta "me viene fatallll este finde"... la única persona que habría aceptado seguro, obviamente estaba de viaje. Y no es que me enfadara con las personas particulares, porque al fin y al cabo no es culpa suya, ni tampoco es un cabreo nuevo, porque ya lo he sentido muchas veces. Pero en la coyuntura actual, digamos que tuvo un cariz muy distinto, porque llegué a la raíz.

De todos los que me rodean, nadie ha sido lo bastante espontáneo para hacer algo así (estoy segura de que si yo hubiera estado en Madrid, no habría encontrado quien se viniera conmigo). Yo lo habría hecho, cosa a la cual todos me contestan más o menos: claro, pero es que tú eres así. y, digamos que ésa es una parte importante de mí. Claro, casi nadie de los que me rodean está dispuesto a hacer las maletas y largarse a otro país, así, sin vuelta atrás...
¿Qué se conlcuye de todo esto? Que estoy muy bien donde estoy, que mi nueva vida me pega infinitamente más que la anterior, y que debería dejar de arrastrar el pasado y mirar al frente de verdad.
En los últimos tiempos me he llevado varias decepciones que han colmado el vaso... pero vivir sin esperar cosas de la vida y de la gente, no es vivir. Así que, siguiendo la filosofía de El Principito, he decidido empezar a pedir de la gente lo que puede dar, y reducir de un lado las expectativas y del otro, buscar quien comparta las que antes se transformaban sin cesar en decepciones. Alguien habrá, porque no soy tan rara. Ya lo dijo Pérez Reverte.

Son tiempos extraños, útimamente... revisando en el cajón de sastre, me he encontrado con el viejo pensamiento de por qué elegí irme de Erasmus a Italia y no a algún otro lugar que hubiera sido más productivo en términos de idiomas (el italiano es bonito, pero...ahora mismo me sería más útil hablar francés sin esfuerzo, la verdad, y no masticándolo; o haber vivido en London)... pero si no hubiera ido a Italia en primer lugar, no habría ido a Roma después, y no estaría ahora en Guatemala... así que se acabó pensar que podía haber ido a otro sitio. Puff, pensamiento borrado.
Y por qué me fui en primer lugar? Porque en el fondo, en el fondo, ya intuía dentro de mi que no era suficiente... Seguro que salen más cosas del cajón, anda muy revuelto, y me dice mi acertadísimo horóscopo que estos días tengo tendencia al daydreaming...

Nada más poético que dedicar unos versos de Don Juan Tenorio, que siempre me han gustado, aunque son ciertamente cobardes, porque echan la culpa a los de las propias acciones. Es justamente lo contrario de lo que yo estoy haciendo ahora, la verdad, pero estamos en noviembre, y... me da la gana citarlos, hombre ya.

Llamé al Cielo y no me oyó
y pues si sus puertas me cierra,

de mis pasos en la tierra,
responda el Cielo, y no yo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Yo me habría ido contigo (y Vueling) adonde fuera. :-) Hay que ver, para que luego digan que nunca tocan esas cosas.

En cuanto a la cadena de acontecimientos que desató tu paso por Perugia en un primer lugar... nunca la subestimes. ;-)
Lilith ha dicho que…
Hm, ves? Lo que son las cosas con el pie cambiado... Voy a escribir a Vueling para decirles que no me extraña que les vaya mal, si es que España está llena de muebles...

Hasta el mes de octubre, tenía razones intrínsecas para subestimarla, de hecho... pero me di cuenta de que los árboles no me dejaban ver el bosque...

Cómo va tu vida nipona? Ahora ya casi no escribes!!!! (y no me digas que es porque te matas a estudiar...).
Anónimo ha dicho que…
Bueno.... pues no creí que te molestaria tanto no aprovechar los billetes de marras, de verdad que no sabes cuando lo siento.. en cuanto te toquen otros me voy corriendo.
Lilith ha dicho que…
No es sólo que me haya dado rabia perderlos, si no te quieres ir, no te voy a obligar...
Pero cada vez tengo más claro que estoy muy bien donde estoy.
Sin rencores, Filomenita, tú te pierdes la Torre Eiffel.
Y los próximos billetes que me toquen (ja, que me van a tocar), ya me ocuparé yo de no decírselo a nadie, de lo que me sirve...
Anónimo ha dicho que…
Bueno, yo sé y he aceptado hace tiempo que no soy nada espontánea en este tipo de cosas (me cuesta mucha meditación coger un avión).

En este caso no tuve que meditarlo, pero si lo hubiese hecho habría sido algo parecido a esto:

- ¿Irme pasado mañana a algún lugar de Europa? Pero cómo voy a preparar un viaje con tan poco tiempo? Es una locura...

- ¿lo hago?

- buf, no sé, así, de repente...

- ¿qué hago?

- buf, no estoy nada segura... ¿cómo me voy a ir?

- Soy una seta.

- Ya, pero sí es un poco precipitado...

- Bueno, ¿y qué?

- ¿Cómo que y qué? eso mismo

- Por dios, que soy joven, si no hago esto ahora..!

- ¿Pero por qué me cuesta tanto?

- No sé... Entonces, ¿qué hago?

- Pero porqué se me plantean estas dudas...

- A ver, si me voy... tengo que buscar alojamiento...

- Y de dónde pienso sacar el tiempo, cuándo lo organizo todo... Si ya sabía yo que no podía ser capaz...

- Pero por qué me parece tan complicado si hay gente que lo hace? Ya estoy complicando las cosas innecesariamente como siempre

- Bueno, pero es que hay que prepararlo todo, y si no tengo tiempo ni de hacer lo que debo (cualquiera de esas cosas que sé que tengo que hacer pero que nunca hago porque se me pasa el tiempo volando) ¿cómo voy a ser capaz de irme de viaje en día y medio?

- Uy, esto no es para mí, otro lo aprovecharía mejor. Ya haré yo un viaje pensándolo bien. Venga, a la próxima sí.

Obviamente ese viaje nunca llega...

Y sé perfectamente que tú no eres así, cosa que envidio. Me encantaría no vivir en un mar de dudas innecesarias.
Lilith ha dicho que…
Hm,no, dudas innecesarias tenemos todos, sólo hay que matarlas.
Es como "pensamientos tontos tenemos todos; los sabios, se los callan".
Pero no te preocupes, en realidad fue todo una confirmación, lo que pasa es que estoy un poquito cansada de confirmaciones de malas noticias últimamente.

Por cierto, que nunca me has contado por qué fue una mañana complicada, by the way...
Anónimo ha dicho que…
Insisto: avísame a mí a la próxima por si estoy cerca! :-)

P.D. Ya he escrito. En efecto, ha sido culpa del estudio. ;-)

Entradas populares de este blog

Amistad, friendship, amitié, freundschaft, amicizia...

Viajando

Sin comentarios