Niente Sardegna, Villa Adriana

Viernes por la tarde... salgo pronto de la oficina (uséase, me escapo, que ya les tengo a todos acostumbrados... creo que tengo un problema interno yo, con las horas de trabajo), llego a casa corriendo, me cambio de ropa, cogemos todos los bártulos, corremos al metro (y se nos escapa uno), llegamos a Termini y vemos el tren irse... Bueno, mejor dicho, lo oímos... Si la maldita estación de Termini tuviera los andenes del 25 al 29 donde los demás, no habría problema... pero no, los tiene casi en Roma Ostiense, con lo cual no hay quien llegue...
Salimos en el siguiente tren a Civitavecchia, no nos podemos quejar, pasan cada veinte minutos... pero son justo esos veinte minutos que nos hacen falta, cuando llegamos a Civitavecchia, corremos al puerto (que está al lado de la estación, pero quinientos metros son muchos metros con las cosas a la espalda) y vemos el ferry que se va...
Desolados, nos sentamos en la terminal de pasajeros y observamos los horarios... el siguiente ferry sale a las diez de la noche, y llega a Cerdeña a las ocho de la mañana. Además de ser una paliza (que, para Corfu, que está lejos, pues bueno, pero para Cerdeña, que está a quí al lado, como quien dice...), es muuucho más caro. Nos da un perezón increíble... sólo para un día y medio, porque la vuelta la teníamos programada el domingo a las 17:15... Así que desconsolados, porque queríamos hacer cámping (me he comprado una tienda!!!) y nos apetecía ver la Costa Esmeralda subidos en motorino (no sé yo la viabilidad de este plan en la vida real, pero bueno), nos volvemos a la estación.
Donde, por supuesto, perdemos otro tren.

Llegamos a la ciudad eterna y logramos abrirnos camino a casa (el transporte público en Roma en hora punta es una experiencia que no le recomiendo a nadie absolutamente); por el camino, decidimos que igual sería mejor montar la tienda en el salón, para quitarnos la espinita.
Salimos por ahí, porque a pesar de las desilusiones, Roma sigue siendo maravillosa por la noche; y paseando por el Campo de' Fiori, descubrimos que en el cine Farnese ponen, oh, dios mío, L'enfer, que a pesar de que yo no me había enterado, reune todas las condiciones para ser buena (sin saber nada del argumento, como a mí me gusta); guión de Kieslowski, que forma parte de una trilogía (Cielo, Infierno y Paraíso), el director, Tanovic, es el de No man's land (vale, si, a veces era un poco confusa (o a lo mejor no, pero yo la ví en serbocroata) y posiblemente partidista, pero muy bueno el guión y a nivel técnico). Una historia buena, como cabía esperar, nada maltratada por Tanovic, y con una fotografía y una escenografía tremendas... homenajes a otras películas, y en particular la escena del hotel y la primera, un visual de los de "yo quiero ser director de cine". Lo que más me ha gustado, es el juego de colores que se da toda la película, como si cada historia tuviera un color distinto, que se entremezclan... y hasta aquí puedo leer. Y la música, original para la película, en especial el tema de los títulos de crédito.

El caso es que la ponían en un pase especial a las doce de la noche... compramos las entradas (siiii, somos estudiantes... jejeje) y nos fuimos a dar una vuelta... cuando llegamos, no, no había empezado; pero nos dijeron que hacer la peli para dos personas, que mejor nos cambiaban las entradas... así que, desolados una vez más, nos fuimos lloriqueando a casa. Vaya día.

El sábado, mucho mejor, estuvimos en Tívoli, y en Villa Adriana. En Tívoli me negué a ver Villa d'Est porque no dejan hacer fotos dentro sin autorización (uséase, paga pelas), así que pasamos de largo y cogimos el bus hasta Villa Adriana (que por cierto, vaya show con los billetes, pensé que nos quedábamos en tierra otra vez, en este finde aciago). El caso es que llegamos, muertos de calor, a pesar de que realmente no hacía tanto, y nos gustó muchísimo.
A parte de ser enorme (jolín con la segunda residencia de Adriano, menudo bungalow tenía el jodío), está llena de edificios que no se sabe muy bien para qué servían (en los carteles explicativos, la fórmula más común era: se supone que era "tal cosa", pero no puede ser porque "tal"), pero que eran en su mayoría, copias de edificios, o de estilos que le habían gustado a este hombre en sus viajes por ahí, porque era arquitecto aficionado. Digo yo, que cuando tenga un jardín, me voy a hacer copias de las cosas que me gusten...
Lo más gracioso de la excursión fue la vuelta. Después de haber sido mal informados por un conductor borde de la C.O.TRA.L (uséase la cotral, igual que en Móstoles es la Blasa) de cómo se llegaba y salía de Villa Adriana, estuvimos una hora esperando en la parada (delante de un bar de esos siniestros) con una pareja de alemanes. Después de llevar allí la hora, y sospechando que quizá por esa parada (a pesar de las afirmaciones que recibimos como respuesta a nuestras plegarias y preguntas) no pasaban todos los autobuses de camino a Roma, cogimos el bus urbano en dirección al centro de Tívoli, sintiéndonos culpables por no haber dicho nada a los alemanes (que debireron asustarse un poco cuando nos vieron correr en dirección contraria, de repente...). El caso es que en Tívoli logramos coger el bus a Roma y cuando pasamos por delante del bar de mala muerte, los alemanes no estaban, y el bar estaba cerrado. Llegamos a la ciudad (después de un viaje terrible por el Lazio, en el que parecía que se iba a partir el bus, por esas carreteras casi sin asfaltar) preguntándonos por los alemanes, enumerando toooodas las cosas que les pueden pasar a dos turistas incautos sueltos por Italia... y nos los encontramos en el andén del metro. Nos reímos un rato con ellos, y logramos llegar a ver el segundo tiempo del partido, con lo cual el Teutón se quedó mucho más tranquilo.
Y el domingo a Porta Portese, a arriesgarnos a que nos quitaran la cartera para mirar el precio de las camisetas de júrgol (que ya tengo camiseta de España, pero me puedo hacer una tienda de campaña con ella; bien mirado, no sé para que he comprado una tienda, si me podía hacer una con la camiseta... ), a comprar pantalones hippies (si! me encantó aquella definición "Amélie con un toque pijo", seré fiel a esa definición por los siglos de los siglos), bolsas de viaje (que siiii, que me vienee super bien) y plantitas para la ventana (tengo que atarlas, espero que no se caigan).
Así es como está ahora mi ventana (y además huele super bien a menta!):


Y después a cenar y arreglar el mundo con una jarra de vino bianco della casa, mientras un senegalés nos contaba una historia (no sé si será verdad o no, pero prefiero pensar que sí) sobre las noticias que había recibido sobre su niño, que acababa de nacer. La verdad es que estaba tan contento, que puede que fuera cierto... en cualquier caso, es mucho más bonito pensar que sí que era verdad. Además, dijo un montón de veces que en realidad mandamos nosotras, que somos las que tenemos el poder; con una sonrisa tremenda, más salao...
Y cinco minutos después, pasó un pakistaní (bueno, no sé, o de Bangladesh), al que le dijimos que no queríamos rosas, que me regaló una de todas formas, y luego no quiso que se la pagáramos! Además, una rosa preciosa... la he puesto en un jarrón, en mi habitación, que ahora está llena de flores. Hacía una noche tan bonita...
Después, decididmos que acabábamos la noche viendo una peli y nos fuimos a ver The Omen, al cine; en realidad, queríamos haberla visto el 6, pero os podeis figuarar que no había entradas. El caso es que, de un lado, esta está muy bien, pero del otro, me quedo con la antigua... el niño no da ni la mitad de miedo que el otro, y salvo el color (mucho mejor logrado en esta) y algún detalle más... (pero sobre todo características técnicas) mucho mejor la antigua, que además vi de pequeña y me dió muchísiiisimo miedo. Les tengo yo inquina a los cuervos desde esa película (animalitos inofensivos que hay en casi todas las ciudades europeas, por lo que yo he visto, aunque en España no sea común; el fin y al cabo, son como mirlos gordos)...

Y eso todo, esta mañana me he levantado para venir al trabajo, he constatado que no me quedaba desayuno en la nevera y he bajado al bar... y aquí me teneis... sin poder decir que he vuelto de Sardegna.

PS: Curioso, después de mi último post. Últimamente tengo mis PES subido de tono... (si alguien quiere probar si tiene poderes extrasensoriales, que pruebe aquí).
He aquí una foto que os debía, de Berlusco en persona. Sé que no se ve muy bien, pero es porque la gente está loca y no me dejaba hacer la foto... además, parece que lleva una máscara, pero es por la espesísima capa de maquillaje...

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Ay, Dios mio, vaya finde el vuestro, no quiero pensar que Alex sea gafe el pobrecito pero tiene toda la pinta. Menos mal que de alguna forma os lo habeis pasado bien, pero la verdad es que no os ha salido nada derecho, o por loo menos como queriais...Oye3, la foto de B erlusco muy bien pero ¿es él? porque la verdad es que puede ser o San Pedro.. Besitos

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