De lo disfuncional, de lo imperfecto y del miedo


¿Por dónde empezar? Es como un círculo vicioso (o virtuoso, según se mire y en qué dirección vaya)... Es disfuncional buscar la perfección, porque el mundo es imperfecto (y probablemente más interesante así), y el hecho es que da miedo pensar que lo es, porque eso significa que muchas cosas no tienen sentido...

Con este tipo de pensamientos circulares me levanté ayer, con lo cual me puse a cocinar todo el día (afortunadamente, logré que vinieran unos amigos a comerse la mayor parte del producto). Porque cocinar puede ser un fin en sí mismo.

Iba a buscar la definición de disfuncional en la RAE, pero la me la puedo figurar: relativo a la disfunción. Y qué es una disfunción? Porque ahí, sé que voy a estar en desacuerdo con ellos... Vamos, seguro.

Disfuncional, es aquello que no funciona o que no funciona bien. Da igual cual de las dos, sobre todo para el caso que nos ocupa. Puedo imaginar que a veces, de hecho es peor cuando algo no funciona bien que cuando no funciona, porque puede causar más daños.
En cualquier caso, y para los capítulos que seguirán, entiendo disfuncional como algo que no se adapta a las circunstancias en las que se da, y por lo tanto, no interactúa bien con ellas.
Por ejemplo, es disfuncional buscarle siempre tres pies al gato, porque si la situación no es mucho más complicada de lo que parece, no es interesante. Pero no estoy citando casos particulares (no, yo?? Nunca). Es disfuncional hacer la maleta y salir corriendo a otro país cada vez que a uno le entra el miedo. Es disfuncional hacer de eso un modo de vida, por mucho que a uno le guste su modo de vida. No deja de ser una excusa para no hacer lo que se supone que uno tiene que hacer, y que da mucho, mucho miedo.

Ojo, que no estoy diciendo que ser disfuncional sea malo. Es como ser del año de la Rata de Agua, un hecho. Posiblemente se debe a la propia infancia, o a condicionamiento en el colegio, o cualquiera sabe a que, que está enterrado en lo más profundo del alma (y que quién sabe si merece la pena desenterrar), o a la alineación de las estrellas en el momento del nacimiento (con lo de moda que están ahora las cesáreas, puede uno pedir niños con la carta astral a la carta, no?). Es un hecho que hay que aceptar, y el primer paso para aceptarlo, es reconocerlo.

El problema de la disfuncionalidad, es cuando se aplica a la búsqueda de la perfección, porque entonces puede ser muy frustrante. Porque, como decía ante la perfección no existe, y os lo dice una perfeccionista. Pero eso, el disfuncional no lo considera, porque como no se relaciona con la realidad exterior, busca la que tiene en la cabeza. A veces, incluso inconscientemente. Y en cualquier caso, aunque la perfección llegara a presentarse, siempre habría un motivo para encontrarle un defecto... el caso, es estar en contradicción uno mismo y además, con el mundo.

Y en ese preciso momento, en el que uno está encontrando o inventándose defectos, entonces llega el miedo. Llega el miedo a estar haciendo una tontería, o varias a la vez, o a pasarse la vida esperando algo que no va a pasar. A pesar de que uno lo sabe conscientemente, porque hace tiempo que dejó de creer en los cuentos de hadas. El miedo indefinido, informe, y sobre todo, gris y enorme, como una manta que lo cubre todo. El miedo existencial a no dejar una huella en la memoria, a no llegar siquiera a acercarse a esa perfección añorada sin conocerla.
Y volvemos al principio, porque es claramente disfuncional y contra el sentido añorar algo que no se ha conocido nunca.

Al final, se trata todo de un proceso, y de irlo entendiendo paso a paso... y de dejar de tener miedo a quedar como un idiota (que dicen Fito y los Fitipaldis)... al menos en algunas circunstancias... lo verdaderamente difícil, es reconocer las circunstancias.

Esta semana he pasado a formar parte de tres grupos de personas de manera oficial:

- los disfuncionales
- los amante del riesgo
- los cabos sueltos

Además he decidido dejar de teñirme el pelo, porque me he cansado de ser una falsa morena malvada... más que nada, porque aparte de la fachada de mala leche y sarcasmo mal contenido, en el fondo no soy tan malvada... La mala noticia, es que ahora sí que me he descubierto la primera cana. Al final, como siempre, tenían razón Filomenita y su ojo de la nuca.

Y volviendo a los antiguos tiempos, en los que siempre tenía la casa llena, de aqui a julio tengo planeado un movido calendario de viajes! ¡Así que estoy contando los días para enseñarle Lilithlandia de verdad a gente muy importante!

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