Siempre mañana


Este mes, aunque acaba de empezar (o tal vez fue el mes pasado, porque tengo una dislexia temporal extraña, como si siempre tuviera jet lag; serán las ganas perpetuas de viajar) he hecho dos descubrimientos que podrían, eventualmente, salvar a la humanidad. O no, dependen, como todos los descubrimientos, del uso que se les de (y no voy a poner el manido ejemplo de la dinamita y el amigo Nobel).

El primero de los descubrimientos es una prueba en contrario. Después de años y años de creencia en contrario, he probado la hipótesis contraria a la que se maneja corrientemente... la historia, queridos y pacientes lectores, es como sigue (y no sé si es del todo apta para padres, Filomenita me dirá, aunque llega un momento, en el que los padres siguen siendo padres, pero de una forma un poco más relativa, generalmente cuando dejan de tener razón el 100% de las veces para tenerla el 80% nada más):
Como ahora tengo coche, y ya tengo bastantes problemas con wáteres que aparecen súbitamente sin ir en estado de ebriedad (que es a lo que aspira cualquier joven decente un sábado por la noche), una de las últimas fiestas a las que fui fue el primer lugar en la historia de la humanidad donde dije: no, una solo, y lo cumplí (después de todo, la una, existe). Así que me tomé un ron poco cargado a primeras horas de la noche, y después seguí con la consabida cocacola (que es lo que uno toma para que parezca que sigue bebiendo y no quedarse sin amigos) toda la noche. Después de hacer ruta para dejar a mis amigas, llegando en perfecto estado (tanto el coche como yo) a casa, me metí en la cama, con los normales síntomas de desvelo, pero, repito, no de ebriedad, alrededor de las tres de la mañana. Dormí como angelito, y a la mañana siguiente me desperté yo sola (que es lo que me gusta de los fines de semana). Algo no cuadraba, algo no estaba bien... por qué me molesta la luz, qué es esta sequedad en la garganta... ¡no! ¡no puede ser! Es resaca!!!!
Conclusión: os digan lo que os digan, la resaca no es culpa del alcohol, sino de la cocacola. Lo peor, es que lo he descubierto demasiado tarde, igual que Escarlata descubrió demasiado tarde que amaba a Rett.
Eso sí, cocacola tampoco voy a beber más. Y encima, engorda.

Y el segundo de los descubrimientos, es en realidad, una cosa poco innovadora, porque lo habrán dicho un millón de veces antes que yo. Hasta las películas sentimentaloides de las tres y media lo dicen con más gracia. Y es que el mejor síntoma del stress es el mañana.
Mañana haré esto,
mañana haré aquello,
mañana diré esto otro...
El verdadero descubrimiento es que tengo tantas cosas pendientes de hacer en ese hipotético "mañana", que voy a empezar a usar el igualmente hipotético "pasado mañana". De alguna manera, me hace sentir que estoy hipotecando mi futuro, empezando por el inmediato...

... y ahora, os anuncio que mañana me voy al campo, que hacía mucho que no iba, y también allí tengo muchas cosas que hacer. Y cuando vuelva, tengo dos posts serios que colgar. Tal vez, demasiado serios... pero eso, será después de mañana, porque hoy hace cuatro años que el Cronista Disperso me despertó a las siete de la mañana:
- ¿Dónde estás?
- Hm, en la cama... Hoy hay huelga...
- Ha habido un atentado en Atocha...

Y lo demás, más nos gustaría que fuese historia; así, al menos habría una buena versión oficial.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿Asi que hasta la coca cola es ahora de garrafon? vaya estafa, con una buena cerveza seguro, que no pasa...

BSS
Lilith ha dicho que…
Noooo... sólo la cocacola es de garrafón desde el principio de los tiempos...
¿Una cerveza? ¿Te veo acomodado y echando la barriguita de la felicidad?

Por otra pate, he decidido solucionar el problema con tequila y limón, volviendo atrás en el tiempo, a donde me equivoqué en algún lugar....

Entradas populares de este blog

Amistad, friendship, amitié, freundschaft, amicizia...

Una semana más

Viajando