Crisis y disciplina


Dicen mis amigos octogenarios de la RAE:

crisis

(Del lat. crisis, y este del gr. κρίσις).


2. f. Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales.
5. f. Juicio que se hace de algo después de haberlo examinado cuidadosamente.

De lo cual se infiere que la crisis no siempre tiene el sentido negativo que se le atribuye, porque aunque la mayor parte de las personas los rehúyan, los cambios no son malos hasta que se prueba lo contrario. Además es una tontería preocuparse por ellos, porque igual suceden aunque nos neguemos a verlos. Así que lo mejor es tener paciencia, esperar a que pasen, observarlos mientras tienen lugar, formarse un juicio y actuar en consecuencia, para poder cumplir normalmente todo el proceso de la crisis, y seguir adelante por un camino que está lleno de altibajos y que ofrece nuevas crisis a la vuelta de la esquina.

Hace mucho que no cuento cosas en este blog. Es una combinación de demasiado trabajo y por consiguiente poco tiempo libre, demasiadas cosas que suceden de puertas para adentro y la sensación de que no sucede nada fuera. O tal vez, es que he estado tan ocupada pensando en lo que pasaba dentro, que se me ha olvidado lo que pasaba fuera... pasa en las mejores familias, y además es lo que tienen las crisis, que absorben muchos recursos.

Absorben muchos recursos porque la mejor manera de salir de una crisis es la disciplina, agarrarse a unas guías que se queden fijas a lo largo del cambio para que no se lo lleva a uno la marea. Y agarrarse a ellas es muy muy cansado, a veces, incluso dan ganas de soltarse y ver en qué playa paradisíaca acaba uno. Pero al menos en mi caso, la curiosidad no es suficiente, prefiero seguir cumpliendo una norma que de momento sólo me ha fallado porque me la he saltado demasiadas veces.
Se acabó saltarse las propias normas, porque al final, con quien uno se acuesta seguro todos los días, es con uno mismo, y la conciencia no admite excusas. Y sobre todo, se acabó sentirse tonto, que es una sensación que no me ha gustado nunca.

Crisis y disciplina podría ser el título de un best seller, aunque se parece demasiado a Crimen y castigo... ¿o tal vez parece más un libro de autoayuda?

Mañanase acaba la santa semana, recupero mi coche, averiguo si he comprado de verdad el billete a la piel de toro, y empiezo a aplicar mi recién ordenada agenda de trabajo. Porque ha durado tanto, que cuando se acabe la crisis, no sé qué va a pasar... (a pesar de que, como optimista irredenta, espero que sea bueno!).

Estadísticas de la Semana Santa:

- Películas sobre la vida de Jesús vistas: ninguna. Se están perdiendo las buenas costumbres, este año, nada de Jesús de Nazaret, con lo que a mí me gusta, aunque el final sea tan conocido como en el de Titanic.
- Torrijas ingeridas: ¡¡¡ninguna!!! Lo intenté, lo intenté, pero primero no encontré pan de ninguna clase, y cuando ya me conformaba con pan de cualquier tipo, cerraron todas las tiendas. Pero me resarzo en la semana de pascua, porque yo lo valgo.
- Taxistas con los que me he peleado: Dos. Quiero mi coche ya.
- Capítulos de Anatomía de Grey vistos: buff. Qué enganchón de serie, y eso que me he saltado algunos...
- Conversaciones relevantes mantenidas: tres, una para abrir la perspectiva, otra para mantenerla, y otra para transmitirla.
- Libros releídos: Dos, pero echo tanto de menos mis libros... igual que Filomenita me dijo una vez que lo que más echaba de nuestra antigua casa era la bañera (y no a mi; no, la bañera: eso da que pensar cuando te lo dicen), yo lo que más echo de menos son mis libros, ordenados por orden de preferencia. Estarán aburridos, pensando que nadie los lee...
- Potenciales camareros reclutados para mi chiringuito en una isla griega: uno.
- Número actual de vecinos ruidosos: Tres. Además de los de enfrente que hablan alto, y los del otro enfrente que se pelean (vivo inmersa en una salsa), además ahora los de arriba se dedican a las olimpiadas caseras: lanzamiento de mesa, salto de sillas de comedor, cien metros alrededor del sofá y competiciones de canicas de diversa entidad.
- Noches dormidas pacífica y beatíficamente sin reggaeton: todas. Maravilloso.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿Por qué todos los vecinos de arriba juegan con canicas?

Es el mismo tipo de reflexión que: ¿Por qué siempre que llamas a un número equivocado te lo cogen?

Goose (the architect)

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