Tiempo de paz, amor y alegría...


Y yo que pensaba que estas vacaciones me iban a servir para poner orden en mi vida (bloggera y en otros aspectos), y resulta que no, que era un anuncio (al menos, no era uno de esos anuncios místicos de colonia). Que las vacaciones, al menos en mi caso, no sirven más que para confundir a quien no se aclara las ideas porque en su vida normal está demasiado ocupado como para desliarlas... o a lo mejor el problema es que soy práctica mientras estoy ocupada porque lo mío es esa habilidad natural de priorizar y simplificar, pero cuando tengo un rato libre, se me olvida priorizar y me quedo enredada en medio de un montón de cables que son pensamientos.
¿Por qué, si no tengo nada de qué preocuparme? Porque cuando uno no tiene las preocupaciones obvias y naturales, descubre otras que estaban en segundo plano y saltan al campo tan contentas de que las dejen tomar el aire.

Porque estas navidades no están siendo lo que yo esperaba, aunque ya debería estar acostumbrada a eso, porque la vida es siempre algo diferente a lo que uno espera (cita con autoría por definir, así que la uso como me da la gana), y la verdad es que aún no tengo claro por qué.

- Es que no tengo la sensación de que de verdad sea Navidad, señor agente... todo empezó con aquellos angelitos que parecían ahorcados en la Reforma...

Esta noche haré examen de conciencia para poder escribir mi resumen del año mañana día 31. Ya sé qué forma tendrá; será un año muy desequilibrado, con saldos muy positivos en un lado y saldos muy negativos en otro, que me obligan a un viraje que no me salía en las cuentas que echaba yo ahora hace un año. Ello mismo determina mis propósitos de Año Nuevo... hagamos el viraje de la forma más elegante posible, Dr. Spok.

Y en el fondo, en vez de hacer examen de nada (y menos de conciencia!), las ganas que yo tendría esta noche de estar en las preuvas... pero lo que no puede ser no puede ser y además es imposible.

En otro orden de cosas, me dice el horóscopo:
Tus gustos en este momento parecen ir más por el lado del disgusto, de forma que lo que no te gusta ejerce más influencia sobre tus metas que lo que sí te gusta. Ten cuidado y no acabes con algo indeseable entre las manos mientras evitas un disgusto.
Harto misterioso... y ligeramente preocupante.

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