¿A dónde voy?

Parece mentira que llevemos aquí ya siete meses... desde navidades, se me ha pasado el tiempo volando, realmente. Es curioso el tiempo, lo he hablado miles de veces con Sarita, es como un chicle, pero no en el sentido de la relatividad.. o si, porque realmente (es momento de confesarlo), nunca terminé de entender lo de la relatividad... De un lado, parece mentira que ya se haya pasado más de la mitad del año, y del otro, parece que llevo aquí toda la vida. Estoy ya tan acostumbrada a las calles irregulares de Roma y a los desastres del transporte, que me parece increíble haberme habituado a esto tan rápido.
Y después, me pregunta todo el mundo... después de octubre no lo sé. Después hay una incierta segunda fase y una vida que me espera, y es de nuevo momento de decisiones... es siempre momento de decisiones de un par de años a esta parte.
Odio las decisiones, no los cambios, sino ser responsable de ellos.
No es que me agobie que me pregunte todo el mundo qué va a pasar, lo que me agobia es no saberlo. Ja, qué graciosa soy, en realidad nadie sabe lo que va a pasar, es uno de los miedos primarios del hombre consciente. Si no, a qué viene toda esa obsesión por saber el futuro... pero si no sabemos ni todas las cosas que han pasado, cómo queremos saber el futuro? De hecho, uno de los libros que me regalaron por la despedida (a propósito, por fin tengo las fotos de la despedida!! Emi ha tenido a bien encontrarlas y mandármelas!!) iba precisamente de eso. Si se pudieran conocer exactamente todas las cosas que pasaron en el pasado, todas, desde las más grandes hasta las más nimias, se podría predecir el futuro... beh, sigo sin creérmelo, porque siempre hay variables aleatorias (expect the unexpected) para fastidiar el tema.
Y con esta línea de pensamiento, llego a mi punto inicial, ¿qué va a pasar conmigo en octubre? Está bien lo de tener el mundo a mis pies, y tener más oportunidades que nunca para hacer cosas... pero me falta una convicción para hacerlas. ¿Cuerpo diplomático?¿Naciones Unidas?¿Me meto a hacer de cartera?
Ahora más que nunca siento que la ignorancia impide muchas cosas, pero no ser feliz.
Y me falta, como siempre, el camino de baldosas amarillas.

Resulta paradójico pensar este tipo de cosas en medio de la primavera romana, tan despreocupada, pero siempre me has fascinado las contradicciones.

Le decía el otro día al becario paolista, que está en las mismas que yo, que por lo menos este año me ha servido para definir lo que no quiero hacer. Creo que es un punto de partida como otro cualquiera, probablemente no el mejor, pero uno bueno. Este meditar, equivale a dudar antes de coger el teléfono para llamar a alguien con quien se tienen muchas ganas de hablar. Es absurdo, pero todos lo hacemos. Y supongo que al final se supera... o se deja por imposible la llamada, o se coge el teléfono y se balbucea.
Así que veremos si a partir de lo que no quiero hacer, soy capaz de llegar a algún tipo de inspiración divina acerca de lo que sí quiero hacer, y hablando a niveles prácticos de la vida, a dónde me va a llevar esto que sí quiero hacer. Porque algo habrá que me parezca suficientemente productivo para ocuparme la vida! No me puedo pasar la vida huyendo de una hipoteca sin tener un lugar donde refugiarme.

Voy a probar a poner un anuncio en los periódicos: se aceptan sugerencias para plasmar idealismo patológico.

Comentarios

Lilith ha dicho que…
Encantada de invitarte, pero no prometo Ferrero Roché.
Anónimo ha dicho que…
La mejor forma de entender la teoría de la relatividad es comentándle a tu jefe la cantidad de trabajo que tienes...

Goose
Lilith ha dicho que…
Si tu jefe aparece y tiene tiempo para que se lo comentes...
Jaime ha dicho que…
Te entiendo como si fuera un becario... :-) Con la diferencia de que me aburre soberanamente tener que explicar tres veces al día que no se que carajo va a ser de mi en 5 meses vista... más que nada que son siempore los mismos los que preguntan. A veces tengo la sensación de hablar con las paredes.

Hace algún tiempo, me vi obligado a tomar decisiones como a las que nos vamos a enfrentar en unos pocos meses, pero sin las posibilidades que parece que se nos ofrecen. Y empezé por el mismo punto que te has marcado.

Vi lo que realmente no quería, que no es poco, salté al vacío y caí aquí. A veces da vértigo saltar al vacío pero es una sensación fantástica cuando llegas, ¿a donde? eso está por ver.

La verdad que prefiero ser yo quien vaya poniendo las baldosas amarillas a que nadie me marque el camino, poder mirar atrás y ver que ese camino por cutre que sea, lo he hecho yo, y que sólo yo decido donde va la siguiente baldosa.

Te has fijado en el título de mi blog??? Pues eso.

Ánimo.

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