Freitag, Befriedigungslied


Es de las palabras que más me gustan en alemán, porque contiene un juego de palabras con el que estoy más que de acuerdo, porque además de significar viernes (como el salvaje de Robinson; quieicí, como el salvaje que acompañaba a Robinson, aunque Robinson también tenía algo de salvaje) significa literalmente día (tag) libre (frei).

Total, que heute ist Freitag, y me gustan los viernes, que no son nunca un día libre de verdad, pero dejan respirar esa libertad del fin de semana (más o menos). Me gusta no tener que pensar qué me pongo por la mañana, porque como tenemos casual friday, me puedo poner los vaqueros (el otro uniforme, que dirían un par que yo me sé, desconocedores del glamour del vaquero). Por supuesto, a pesar del casual friday, siempre alguna razón por la que deberías haberte puesto piernas, como una conferencia de prensa, pero bueno....

Total, que una tarde por delante, aunque luego no sea una tarde entera de verdad, porque nunca sale una a la hora que debería... pero da igual, porque lo importante es el concepto.

En realidad, mi día preferido de la semana es el jueves, porque pertenezco al grupo humano que disfuta con las preparaciones de las cosas (como la cocina, como leer un libro hasta el último capítulo, como los making off de las películas, como la tarde previa a una fiesta y las horas previas a una obra de teatro), y generalmente, cuando yo tenía horarios regulares y mi vida estaba dentro del túnel, como explica S, los horarios de los jueves eran siempre buenos.

Pero hay que reconocer que una buena tarde de viernes, con 56 horas por delante para hacer lo que quieras. Es más, este fin de semana no tengo ni que hacer la compra. Qué delicia. Y aún más, estoy seriamente considerando conseguir mi copia de Harry Potter esta noche y no hablar con nadie hasta que me la termine (espero que tenga ochocientas páginas por lo menos).

Hm, life is beautiful.

Tengo hasta ganas de cantar. Qué demonios, es freitag, me voy a poner a canturrear mientras cierro la semana laboral, que ha dado para mucho.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Pues yo no sé cuál es mi día favorito. Podría ser el viernes, por ser el último de la semana laborable; el miércoles, por su sonoridad/esdrujulidad, por ser el día de Mercurio (mi planeta) o por su X (la que escribimos al abreviarlo) --que a mí me gusta mucho esa letra--; o el sábado, también por su sonoridad, por lo que tiene de sagrado o por Saturno. Lo que sí que tengo claro es que me disgustan más los domingos que los lunes, aunque con La Latina cerca he aprendido a enmendar esa relación.
Lilith ha dicho que…
Hm, las tardes de domingo... cuánto las odio.

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