Fin de semana tranquilo

Desde hace un montón no tengo un fin de semana en el que pueda dedicarme a nada. Entre visitas y viajes, desde la mitad de diciembre no he parado, y eso es mucho no-relax. Así que este fin de semana me lo planteo tranquilamente, aunque esa palabra no me guste especialmente, porque parece que atrae las complicaciones. Una especie de ley de Murphy psicológica...
Lo que tengo que hacer es organizarme un poco, porque tengo demasiados frentes abiertos, y por la experiencia sé que eso no es bueno. Tengo muchas cosas que hacer.. mejor dicho, muchos proyectos, muchas cosas pendientes (el problema fundamental de estas últimas es que hay algunas que no me apetece nada hacer), y necesito un attimo de organización... yo, que siempre me he caracterizado por organizarme bien las cosas y luego no hacer caso de mis planes (aunque si aplicamos eso al campo de los estudios, le pasa a todo el mundo, creo). Claro, que todavía no tengo muy claro si los planes están, como las normas, para saltárselas... por que si no, no harían falta, no?
No es muy loable este descreimiento mío, viniendo de Derecho, pero es lo que hay.
Algún día, si me hago psicoanalizar, le preguntaré al psiquiatra en cuestión por qué si no estoy llevando dos o tres vidas simultáneamente no soy feliz...
En realidad, creo que ponerme a escribir ahora es ya un principio de organización, porque estoy dándole prioridades en mi cabeza a las cosas que tengo que hacer. Como siempre, escribir las cosas, incluso aunque no sea a mano, sirve para aclarar las ideas, como sabe mi ingeniera favorita (ay, mi niña, ese proyecto).
La semana ha sido productiva, aunque al final me ha tocado batallar igual con el excel, como siempre últimamente. El caso es que he obtenido permiso para hacer más o menos lo que quiera con los informes (lo cual quiere decir que me voy a dedicara dar mi opinión, que ya está bien; y que además, el jueves después de la recepción con el Embajador (por favor, sólo me faltan los Ferrero debajo del brazo...), mi contacto en la FAO me dijo que le mandase el curriculum para el PMA... estoy emocionada con esto, pero creo que no debería hacerme ilusiones! (Inevitable, però, visto que soy de natural optimista).
¡Desde el punto de vista social, también nos prometieron una paella y una visita a la residencia del Embajador, así que la cosa promete!
Desde el lado cínico de la vida, me sorprendió ver que, a estas alturas de la vida, hay distintas clases (no es esta palabra la que busco, por sus connotaciones, pero se acerca...) de personas... resulta extraño como algunas personas se autoidentifican con un grupo que nunca tendrá acceso a determinadas cosas. ME pregunto qué es lo que hace que haya gente que no quiera cambiar su perspectiva dela vida nunca... cómo hacer para querer seguir toda la vida trabajando en lo mismo, haciendo las mismas cosas... de dónde sacar la voluntad para seguir atado a lo mismo siempre? No se me malinterprete, no me refiero a la ambición (no me considero una persona ambiciosa, de hecho), es una cuestión más de mirarse el ombligo en lugar de las estrellas.
A parte de esa segunda fase en el aire, he visto otras posibilidades interesantes, como un doctorado becado... ay, qué difícil es elegir. Y la vida no es como en una tienda, que te puedes ir sin comprar nada. Aquí, o te decides por algo, o dejas que la dependienta te venda lo más caro.
De nuevo me encuentro a viernes y demasiado profunda como para querer salir de casa... sé que mis compis lo intentará, ya veremos si me escapo o no, porque no me siento sociable en absoluto.
Lo que sí me apetece es huir a las afueras de Roma, a ver alguna villa romana, y para eso, no hay que trasnochar!

PS En cuanto presione lo suficiente a mi compi A, podré disponer de las últimas fotos, incluidas las de mis despertares el día del cumpleaños... a ver si así Ra me perdona!

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