Halloween: Lidiando con la frustración


Creo que lo único realmente bueno de esta semana ha sido saber que un piano de alfombra ha llegado a su destino.
Es lo que se llama frustración, e imagino que es bastante común entre quienes trabajan en cooperación. Unas veces, porque es difícil cooperar con quien no se deja; otras, porque al intentar cooperar, uno descoopera; y otras, porque no se responde a la altura del problema. Siempre, en todas partes, hay un cierto nivel de frustración, porque las cosas no salen como debieran, o como uno querría, o como tendrían que ser. Si uno trabaja por algo más, la cantidad de frustración potencial aumenta proporcionalmente. O mejor dicho, más que proporcionalmente.
Además, hay veces que se producen extrañas conjunciones (y no tan extrañas, porque algunas veces son causadas por el hombre) que aumentan esta proporción. En esas circunstancias, uno siempre piensa: ¿pero qué demonios hago yo aquí? ¿Por qué no me quedé en mi casa, en un lugar conocido y a salvo? Siempre hay  una voz interior que responde: porque crees que hay algo más, no se te olvide. Pero resulta difícil escuchar la voz algunas veces. 
Es pasajero, mañana las aguas volverán a su cauce, probablemente, pero hoy, no puedo evitar esa sensación de que algo va terriblemente mal en el fondo. 
Frustración. 
Una verdadera semana horrorífica, a juego con las fechas... 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amistad, friendship, amitié, freundschaft, amicizia...

Una semana más

Viajando