Dos películas, un escándalo financiero y casi Navidad.

Semanas y semanas sin hacer nada interesante (léase, informes áridos uno detrás de otro, o actualizaciones de mis propios informes, que no sé si los leerá alguien, pero mi jefe no, y por eso se eternizan), y esta semana se junta todo. Resulta que se desata el megaescándalo financiero (el enésimo), aprueban la reforma de la ley electoral (Berlusconi se aferra al poder!), y la ley de presupuestos famosa (bueno, por lo menos para mí, que llevo con la finanziaria desde que llegué, y tengo que hacer el informe de coyuntura trimestral para saber si Italia va como el culo, como dice todo el mundo, o va bien, como dicen ellos. No puedo con tanto número, me voy a plantear seriamente dedicarme al derecho, porque creo que el excel me odia; o a lo mejor lo que me odia es mi ratón, que se tropieza todo el tiempo (será que está más cansado que yo, el pobre)...
La henna se está desvaneciendo lenta pero segura de mi mano, igual que el relax que me traje de El Cairo.
En fin.
Esta semana, en un alarde de comercialidad, que no responde a lo que yo había pensado, pero bueno, he visto Harry Potter 4 y King Kong. La primera me encantó; ojalá lo hubieran hecho cuando era pequeña, igual me habría ahorrado algún trauma (o igual no, nunca se sabe). Y la segunda, bueno, no tiene tanto glamour como debería y hay dos escenas que sobran mucho (pero como salía Adrien Brody, pues no me quejo... pone unas caras tan tristes, el hombre); pero el mono mola. Por lo menos mola para una tarde de domingo (aunque yo la viera un lunes, debido a la sustancial diferencia de precio).
Lo que sí me intrigó fue el trailler de Munich, la última de Spielberg, que será partidista y demagógica, seguramente, pero que habrá que ver. Lo que no sé es cuando la estrenan... en fin. Espero que para cuando la estrenen estén ya disponibles las críticas de cierto personaje que anda desaparecido... pero eso es otra historia que habrá que contar en otra ocasión.
En realidad, a excepción de mis estreses, esta semana es un poco de impasse, como siempre pasa antes de las Navidades y de fin de año; el caso es que este año no tengo un espíritu especialmente navideño, a ver si cuando lleguen mis progenitores me sale lo de cantar villancicos... En Roma la decoración es mucho menos exagerada que en Madrid (y no se dedican a poner palabras sin sentido por ahí, como estupro, lagarto y esas cosas, ¿qué habrán hecho con ellas, porque creo que este año no las habían puesto, no?) y la gente va con más bolsas de lo normal por la calle, ya está. Ah, no, en lo que sí se nota es en la cantidad anormal de panettone que hay en todas las tiendas... Esta gente no sabe disfrutar de la vida, no aprovechan cualquier ocasión para irse de fiesta, aunque parezca que sí.
En la ofi, el único cambio, aparte de la agradecida ausencia de los jefes, es el arbolillo que tenemos puesto y que el viernes pasado comimos todos juntos.
La mejor noticia de la semana, de momento (a parte de la dimisión de Fazio, que tenía que habérsele caído la cara de vergüenza) es que nos han pasado el calendario de fiestas del año que viene y tengo unos cuantos fines de semana majetes... jejeje. Ya estoy buscando vuelos... Y la estrella para semana santa es Brasil!! Ya veremos si me llegan los fondos para cruzar el charco y aprender portu.
En fin, la coyuntura me espera.
Casi Feliz Navidad.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Después de muchas jornadas, por fín he podido leer el blog. Lo de Egipto está a medias (supongo que gran parte será contado en persona y te daré datos de Ibn Tulum).
Optimista con el contador de visitas.
Tengo 16 listas de menús para Nochevieja no descarto llamar a Telepizza.
Besos. IDR

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