Mi vida en una maleta...
Qué desesperación... tres climas distintos en una semana y no puedo meter las cosas en la maleta (eso, pensando que me la dejen llevar, porque igual me dejan sólo subir en el bus con el bañador en la bolsa de plástico).
Claro, eso, porque a mi hermano le quiero endosar la famosa maleta mediana roja con vida propia... odio la logística.
Uno dice; si no quiero tener tantos problemas con las mudanzas internacionales, para qué demonios me voy a vivir fuera, teniendo como tengo esta manía compulsiva de acumular cosas?? Pues no sé, es como cuando subes a la montaña rusa y mientras subes, te preguntas... ¿qué **** hago yo aquí arriba? Pues lo mismo. Por qué tengo yo que preocuparme de mover todos mis trastos de un lugar a otro?
En el fondo, lo verdaderamente desagradable es comprobar, que a fin de cuentas, cuando una ya se ha quedado sola con sus pensamientos, sus cosas, toda la anchura de su vida, cabe en seis cajas de cartón...
Pero, a preguntas necias, ojos que no ven y perro poco mordedor, y yo sigo intentando averiguar las temperaturas de mis próximos destinos, y veremos si llueve o no, porque el paraguas si que no cabe (y eso SI que no me dejan subirlo a un avión).
El otro post en preparación, que ya he recibido varias preguntas... las seiscientas fotos, en selección... ya sabeis que yo soy todo menos buena resumidora...
Comentarios
Pero ese cálculo es inexacto. A la hora de recoger la vida de uno en cajas también hay que contar con la parte de la vida de uno que conservan otros, que eso también ocupa espacio y hay que meterlo en el cómputo. Y desde luego por lo que yo conservo (físico y metafísico) de la tuya, al final saldrían mucho más que seis cajas de cartón. Te lo aseguro.
Ya estás haciendo las maletas para la vuelta?
Me iba de tour europeo, pero eso es otro post, que será publicado en otra ocasión. Posiblemente por etapas, porque aún no he terminado las primeras vacaciones...
Y si, estoy preparando la fase logística de vuelta al hogar... qué rollo!
Goose