Entry on duty date or on the road balad
Parecía que no iba a llegar nunca, pero llegó.
Si, si, todo llega, y lo sé, lo digo siempre, pero a veces es que no me lo creo ni yo... a veces me puede la impaciencia. Y eso que aprendí a aguantar... (y a hacer la casa por el tejado).
Estoy otra vez en la ciudad eterna, que me recibe como una vieja amiga. Me sigo conociendo sus rincones, está igual de decadente y de caótica que cuando me fui. De entre todos, eres la única que sabía que nunca cambiaría. La decadencia es lenta y parsimoniosa.
Las obras de remodelación siguen en los mismos sitios, claro que no las han acabado. Y quién quiere que las acaben? Lo importante de un viaje casi nunca es el destino final. No he visto ratas, me pregunto si seguirán galopando cual gacelas por los prados de la Piazza Cavour.
Como en casa, las calles, las direcciones, las líneas de autobús y hasta me parece ver al misma gente por la calle. Los mismos turistas, eso siempre.
Te me habías ido olvidando poco a poco, como uno se acostumbra a un dolor sordo de cabeza, pero no te habías ido del todo. Si te metiste dentro y no te puedo sacar, aunque quiera hacerlo; claro que tengo asuntos pendientes contigo. Sólo porque hace mucho que no te lo digo, no significa que no sea verdad.
Volveré, ya lo sabes. Estamos hechas la una para la otra.
Hasta el día que no me pierda por tus calles, hasta el día que no vea algo interesante en la próxima esquina. Hasta el día que no encuentre excusas para pasear durante horas por tus calles estrechas y desordenadas.
Deja que me fluya tu aire húmedo por la cabeza, porque las ideas vienen con él... deja que me duerma pensando que mañana será otro día. Falta menos para volver, pero mientras tanto, lo importante, es el viaje.
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