Noche en blanco
Decir las cosas en voz alta, porque al callarlas demasiado tiempo, se enmohecen esperando que alguien las entienda sin querer. Escuchar con atención, porque debajo de la voz del otro existe el silencio de lo no pronunciado. Mirar en el momento adecuado, porque la falta de una mirada o una sonrisa es el pecado imperdonable, como lo es una palabra de más. Siempre, miedo de tí, miedo del otro, y miedo de mí misma.
Pienso mientras miro la pared vacía.
A veces siento que arrastro cadenas...
... todo lo que nunca dije, las palabras que se quedaron amargas, hechas un nudo en mi garganta...
... todo lo que dije de más, los secretos confiados a personas que no los merecían...
... todo lo que esperé en vano, las lágrimas desesperadas e incomprendidas...
... todo lo que deseé que nunca pasara, el miedo materializado...
... todo lo que quise creer, las mentiras que me conté a mí misma...
... todo lo que he olvidado, que pesa en el alma con el peso de la incomprensión.
No quiero temerte, pero te temo.
No sé por qué llegan las cosas; no sé por qué se quedan en este lugar...
No puedo confiar en aquello que no comprendo.
No puedo creer en aquello en lo que no confío.
No puedo quedarme quieta, aunque sepa que al hacer ruido, este sueño se irá volando, como un pájaro asustado.
No puedo esperar, porque he esperado demasiadas cosas de demasiadas personas.
No puedo dar oportunidades que yo misma no me concedo...
Dime una palabra, dime que todo estará bien, porque un punto fijo en una vida no es suficiente.
Comentarios
miles de besos y feliz 2009!
K
escribes muy bien.