En la Puerta del Sol, como el año que fue
... otra vez el champagne y las uvas y el alquitrán, de alfombra están. Los petardos que borran sonidos de ayer, y acaloran el ánimo para aceptar que ya pasó uno más... ... Y en el reloj de antaño, como de año en año, cinco minutos más para la cuenta atrás, hacemos el balance de lo bueno y malo, cinco minutos antes de la cuenta atrás. El mismo rito, la misma noche, un año que cambia. La noche de fin de año siempre me ha parecido mágica. Pero no con una magia de esas espectaculares a lo elfos y gnomos, ni a una magia burda como la de las series de televisión; sino más bien la magia cotidiana de lo misterioso y lo sorprendente, como los túneles que hay en algunas calles, que desembocan en lugares completamente distintos, o la magia sorprendente de un buen mago de cabaret. Es una noche en la que se repiten las mismas acciones, restando así una parte de la inseguridad que rodea a uno ( que en el fondo, es para lo que sirven todos los ritos, pero sobre eso, estoy preparando un post n...