Colorín colorado
Fuera, relámpagos que le devuelven al día la luz que las nubes negras le han quitado, y truenos que hacen saltar las alarmas de los coches, absurdas contra las fuerzas de la naturaleza. Está descargando la tremenda tormenta que ayer no llegó a descargar. Caen las primeras gotas, y las montañas que se ven normalmente desde mi terraza, han desaparecido completamente, cubiertas por el aliento del dragón de los celtas.
Tengo ganas de ponerme los calcetines, acurrucarme en un rincón, y seguir leyendo, mientras a mi lado se enfría el te que me acabo de preparar... quien no ha pasado horas enteras, con las piernas dormidas sin darse cuenta, no sabe lo que es el placer de la lectura. Esa maravillosa posibilidad de meterse en un mundo ajeno y desaparecer de la realidad... vivir con los personajes, sufrir con ellos y alegrarse... echarlos de menos cuando se han ido.
JK Rowling ha tenido la deferencia de dedicarnos Harry Potter and The Deathly Hallows a todos los que hemos acompañado a Harry desde antes del primer día de escuela. Me parece un detalle bonito, porque más allá de haberla hecho la mujer más rica de Inglaterra (más que la reina), al menos yo he disfrutado sus libros hasta perder el sentido del tiempo y la realidad.
Y aunque (atención, el resto de la frase puede ser un spoiler) he acertado con la mayoría de mis predicciones, no estoy decepcionada con el final, porque lo importante de la lectura, como en los viajes, no es el final, sino el trayecto. Y la posibilidad de volver a ese mundo particular en el que no importa nada de lo que hay fuera.
Como todas las cosas buenas (y malas), se ha terminado la colección,y por mucho que los relea, ya nunca tendré la misma sensación... pero da igual, porque es mejor que las cosas acaben y evolucionen. ¿Cómo hacer entender esto a quien no puede entenderlo? Es mejor sonreir displicentemente y cambiar de tema.
Comentarios
Lamento decir que las películas, como cabía esperar, son muy malas...
El verdadero lector se distingue porque lleva dos o tres lecturas a la vez. Claro, que como los traductores sois una raza aparte... :-P
Decía Leonardo que quien no sabe apreciar los placeres de la vida, no merece vivirla.