Domingo por la mañana, casi Halloween
Me encanta este cambio de hora... te levantes a la hora que te levantes, siempre parece que es pronto! Ya sé que es en cambio de la hora que dormimos de menos en marzo, pero todos los años tengo al impresión de que esta hora nos la regalan. Vale, todavía no he encontrado ninguna cosa con la que aprovecharla a tope (por ejemplo, todos los años con la hora del cambio, hago una buena obra...), pero sigo pensando que tiene mucho potencial, y de todas formas me gusta levantarme y pensar que es una hora menos de lo que dice el reloj. Ojalá pudiera hacerlo todas las mañanas, cuando veo las siete y veinticinco y toca levantarse. Y eso que esta temporada me estoy acostando pronto por primera vez desde los catorce... hemos bajado la media de la una de la mañana a las once, o así. Pero es que aquí los romanos van con las horas cambiadas; la hora de comer es entre la 13:30 y las 15:30, y las de cenar sobre las 19:30, claro, a las 20:15 empiezan las pelis y a las diez, el horario nocturno de la tel