Tierra de demonios
Estoy intentando encontrar una buena página web que enlazar para ofrecer información de Lilith, pero solo encuentro chascos. Claro, ¿qué se podía esperar cuando es un personaje tan odiado? Ah, pero ella tenía buena intención, o al menos el derecho de enfadarse! Seguiré mi búsqueda, pero de momento, y hasta que no averigüe algo realmente malo sobre ella, prefiero ponerme del lado de los demonios como Lilith, que no de los hombres (y las personas en general), que me tienen últimamente particularmente decepcionada.
Cuando casi había empezado a creer en las bellas casualidades de la vida, resulta que la historia del piano man era solo un fraude... Bueno, yo no creo que el pobre hombre esté muy allá de la cabeza si se ha tirado cuatro meses sin hablar con nadie (cuatro meses, qué deprisa pasa el tiempo cuando uno está estresado en el CECO), y conste que lo dije antes de que lo argumentara su abogado. Lo que me da pena es que una historia que tenía unos visos tan novelescos acabe como una película basada en hechos reales (las imponderables de las 15:30 de Antena 3, la de veces que nos hemos muerto de risa con las películas de psicópatas absurdos y de héroes cotidianos con escenas dramatizadas en aras del guión), con demandas judiciales y reclamaciones de los gastos hospitalarios (por otro lado, mi naturaleza de economista, que no de ecónoma que dirían algunos, me dice que en realidad es justo que se los reclamen). Es un final bastante chabacanillo que viene a recordarnos que la vida no es una película, cosa que siempre desconcierta y hasta cierto punto, despierta la añoranza (claro, que si uno piensa que la vida de algunos sería Annie y la de otros sería Pesadilla en Elm Street, la cosa cambia!).
Ahora dicen que en realidad esas horas de tocar al piano El lago de los cisnes (nótese que hasta la música está bien elegida, de cuento) no eran más que ratitos de aporrear el piano con un sólo dedo (bueno, hay gente que aporrea el teclado del ordenador con un sólo dedo también y encima le pagan! no me parece un crimen ser un músico frustrado!), y no eran más que exageraciones. Lo que todavía no he oído ninguna explicación sobre por qué pinto el hombre una bandera de Suecia y no una de Alemania (que es más fácil, leñe), pero no dudo de que la oiré en breve. Acabarán diciendo que lo que pintó era una bandera del arco iris, porque resulta que su compañera del cole de toda la vida, dice que se fue de su pequeño pueblo de Baviera para salir del armario. Claro, que también dice que su grupo de amigos era un poco raro, y que él en especial era raro, porque escribía en una revista para jóvenes sobre temas de jóvenes, y músia y esos. Todo el mundo sabe que lo normal en esas revistas es hablar de exorcismos.
Por otro lado, vaya forma de salir del armario, menuda discreción, seguro que en su pueblo no se han enterado. Para eso, hubiera podido decirlo allí tranquilamente y no tirarse en una playa de Kent y estar cuatro meses en un hospital, dejando que la gente pensase que era un genio de la música con problemillas de personalidad. Vaya forma de complicarse la vida, hombre. Y lo de cuidar enfermos mentales en París? A ver si va a tener algo que ver con lo de Lady Di...
Me encantaría pensar que hay algo más detrás de esta historia, pero lo único que encuentro es que la tergiversación que se hace hasta de las noticias más tontas, es atroz. Y si nos mienten y dicen estupideces una tras otra con una historia tan "ingenua" como ésta, me pregunto qué no harán en una historia menos ingenua como las guerras, las elecciones de turno, o los conflictos internacionales...
Decepcionada me hallo, y asustada. Para qué queremos tanta información si al final la única forma de fiarse de verdad de ella es estar donde suceden las cosas?
Cuando casi había empezado a creer en las bellas casualidades de la vida, resulta que la historia del piano man era solo un fraude... Bueno, yo no creo que el pobre hombre esté muy allá de la cabeza si se ha tirado cuatro meses sin hablar con nadie (cuatro meses, qué deprisa pasa el tiempo cuando uno está estresado en el CECO), y conste que lo dije antes de que lo argumentara su abogado. Lo que me da pena es que una historia que tenía unos visos tan novelescos acabe como una película basada en hechos reales (las imponderables de las 15:30 de Antena 3, la de veces que nos hemos muerto de risa con las películas de psicópatas absurdos y de héroes cotidianos con escenas dramatizadas en aras del guión), con demandas judiciales y reclamaciones de los gastos hospitalarios (por otro lado, mi naturaleza de economista, que no de ecónoma que dirían algunos, me dice que en realidad es justo que se los reclamen). Es un final bastante chabacanillo que viene a recordarnos que la vida no es una película, cosa que siempre desconcierta y hasta cierto punto, despierta la añoranza (claro, que si uno piensa que la vida de algunos sería Annie y la de otros sería Pesadilla en Elm Street, la cosa cambia!).
Ahora dicen que en realidad esas horas de tocar al piano El lago de los cisnes (nótese que hasta la música está bien elegida, de cuento) no eran más que ratitos de aporrear el piano con un sólo dedo (bueno, hay gente que aporrea el teclado del ordenador con un sólo dedo también y encima le pagan! no me parece un crimen ser un músico frustrado!), y no eran más que exageraciones. Lo que todavía no he oído ninguna explicación sobre por qué pinto el hombre una bandera de Suecia y no una de Alemania (que es más fácil, leñe), pero no dudo de que la oiré en breve. Acabarán diciendo que lo que pintó era una bandera del arco iris, porque resulta que su compañera del cole de toda la vida, dice que se fue de su pequeño pueblo de Baviera para salir del armario. Claro, que también dice que su grupo de amigos era un poco raro, y que él en especial era raro, porque escribía en una revista para jóvenes sobre temas de jóvenes, y músia y esos. Todo el mundo sabe que lo normal en esas revistas es hablar de exorcismos.
Por otro lado, vaya forma de salir del armario, menuda discreción, seguro que en su pueblo no se han enterado. Para eso, hubiera podido decirlo allí tranquilamente y no tirarse en una playa de Kent y estar cuatro meses en un hospital, dejando que la gente pensase que era un genio de la música con problemillas de personalidad. Vaya forma de complicarse la vida, hombre. Y lo de cuidar enfermos mentales en París? A ver si va a tener algo que ver con lo de Lady Di...
Me encantaría pensar que hay algo más detrás de esta historia, pero lo único que encuentro es que la tergiversación que se hace hasta de las noticias más tontas, es atroz. Y si nos mienten y dicen estupideces una tras otra con una historia tan "ingenua" como ésta, me pregunto qué no harán en una historia menos ingenua como las guerras, las elecciones de turno, o los conflictos internacionales...
Decepcionada me hallo, y asustada. Para qué queremos tanta información si al final la única forma de fiarse de verdad de ella es estar donde suceden las cosas?
Comentarios