Sin propósito
Se me ha pasado el año sin hacer propósitos ni de Año Nuevo ni de nada; se me ha pasado sin sentirlo, entre impresionantes sobrecargas de trabajo y emergencias aún más surrelistas que la dimensión paralela. Ayer era enero y hoy ya hemos comido huesos de santo (unos más que otros, dicho sea de paso).
Quizá este año no estaba pensado para tener propósitos; desde el principio tengo la sensación de que es tiempo prestado de alguna manera; sin comerlo ni beberlo.
Me va a fastidiar mucho si el año que viene se acaba el mundo.
¿Qué propósitos hubiera hecho, de haber podido hacer la reflexión previa necesaria?
Tal vez los mismos de siempre... o tal vez no, porque esto de vivir en el limbo al final me ha atrapado el alma.
Quizá este año no estaba pensado para tener propósitos; desde el principio tengo la sensación de que es tiempo prestado de alguna manera; sin comerlo ni beberlo.
Me va a fastidiar mucho si el año que viene se acaba el mundo.
¿Qué propósitos hubiera hecho, de haber podido hacer la reflexión previa necesaria?
Tal vez los mismos de siempre... o tal vez no, porque esto de vivir en el limbo al final me ha atrapado el alma.
Comentarios