Un plan perfecto
El plan era perfecto, no podía fallar. Habíamos calculado todas las eventualidades y estimado las posibilidades de una u otra variante; habíamos previsto soluciones de contingencia y coordinado todos los elementos. No quedaba ni un cabo suelto, habíamos preparado todo hasta el último milímetro y la última gota.
Como el Coyote y el Correcaminos, vaya.
Tenemos un intruso en casa: una gata ninja que entró cuando era un minimo monísssmo y pensábamos que eventualmente un día podríamos convencerlos de dejarse tocar y convertirse en esa forma de vida casi divina de los gatos domésticos ( porque seamos sinceros, un animal doméstico que te adopta a tí, es algo casi divino! ). Pero no, creció igual de desconfiada que de micho, con el agravante de que aprendió a esconderse mejor y correr rápido como la madre que la trajo ( que cualquiera sabe por qué nos la dejó en el jardín ). Os aseguro que el término ninja no es gratuito, estoy segura de que más de una vez se ha quedado en equilibrio en ...