Ideas
Qué traidora es la inspiración. Esta una tranquilamente en la oficina, intentando escribir la melodramática justificación de la financiación de un propuesta y no sólo no hay manera de dar con la palabra justa para hacer saltar la lágrima por el rabillo del ojo del futuro lector, sino que además algunas ideas pertinaces se obstinan en aparecer y aparecer en la pantalla luminosa de la mente de una. Y las ideas, aunque parezca mentira, son más pesadas que las moscas de la Dimensión Paralela (que mira que son recalcitrantes!).
A lo mejor es consecuencia de haber llamado demasiado a la inspiración, ha venido bajo dos o tres formas. Otras veces, ya puedes llamarla a gritos, que los informes tienen que escribirse solitos.
Y hoy, tenía un tal barullo de ideas en la cabeza, que he tenido que empezar tres entradas del blog para quitármelas de encima y poder escribir mi justificación tranquilamente... que quieras que no, hay que dar buenas razones para pedir cinco millones de dólares. Y para que te los den, se entiende.
A lo mejor es consecuencia de haber llamado demasiado a la inspiración, ha venido bajo dos o tres formas. Otras veces, ya puedes llamarla a gritos, que los informes tienen que escribirse solitos.
Y hoy, tenía un tal barullo de ideas en la cabeza, que he tenido que empezar tres entradas del blog para quitármelas de encima y poder escribir mi justificación tranquilamente... que quieras que no, hay que dar buenas razones para pedir cinco millones de dólares. Y para que te los den, se entiende.
Comentarios