Adelante, sin sentido, en la oscuridad
... aunque nunca me lleven hasta tí. Aunque siempre me alejen. Por fin empiezo a entender las cosas que no entendía. Una corriente de aire frío me distrajo acariciándome el cabello, y apartó el sutil velo de mis propias mentiras. No puedo mirar a la verdad y sostenerle la mirada igual que quería sostener la tuya. En mi garganta atenazada se agolpan las palabras, que acabarán por asfixiarme lentamente. Me siento incapaz de seguir y de quedarme aquí, de mirarte y de bajar la mirada... El dolor agudo y constante dentro de mi, la angustia que surge cuando cierro los ojos ¿dónde me has arrojado? Desorientada, casi ciega en esta penumbra sin fin, extiendo las manos, con miedo y avanzo hasta que el vacío me traga y me pierdo a mí misma, con la esperanza cada vez más débil de encontrarte. Pienso en la llama que arde en alguna parte y sé que cuando se extinga, la oscuridad lo invadirá absolutamente todo, pero no puedo evitar cerrar los ojos, y seguir andando hacia donde me guíen los pies cansad...