A una semana de la vuelta
A una semana de la durísima vuelta de las vacaciones, esta vez me he propuesto que ni redes que se corten, ni repentinas marchas, ni subitos informes que son para ayer, ni godzilla que aparezca por esa puerta me va a impedir escribir este post. Además, la suerte me acompaña, porque a la tercera va la vencida.
Vayamos en orden cronológico, que luego me hago un lío. Las fiestas transcurrieron en paz; curioso, porque fueron movidas a la vez que familiares. Eso de celebrar cada fiesta en un sitio distinto... exótico. Los incidentes normales, mi madre pueso unas uvas gordísimas en Nochevieja y aún así nos las tomamos (eso dará suerte extra, no?), y para volar a León al día siguiente, pasamos taaaaaaanto miedo... En serio, yo que cojo los aviones como los autobuses, ya estoy más que acostumbrada a las turbulencias, pero es que lo de ese avión no eran turbulencias, eran unas caídas libres tremendas... Lo único bueno es que la azafata no ponía cara de miedo ni nada, o sea que seguramente era normal... o a lo mejor es que en realidad era un robot o algo así... aunque no sé, porque saludó a la chica que se sentaba detrás así como con mucha familiaridad... Bueno, el caso es que llegamos. Y los Reyes bien, una semanita pacífica en León, en la cual me hicieron una entrevista en la radio acerca del comercio exterior. Como siempre últimamente, me trajeron una maleta... se está convirtiendo en una costumbre, así como me voy a parar en ningún sitio!!!
Bueno, después la pasada express por Madrid, para hacer noche antes de partir hacia la ciudad eterna; quedada con los amigos en la cervecería del récord y visita al antro más antro de todos los antros del mundo mundial, el nunca bien ponderado Ávalon, que por supuesto sigue hospedando fumadores y todo tipo de fauna nocturna (y diurna de la que anda perdida). El resultado, ciento cuarenta fotos en las que salen mius amigos y otra serie de personas que no sé quienes son... creo que fue porque K se llevó la cámara un rato... el caso es que son documentos gráficos para guardar, por si alguna vez me los pide la CIA o algo. Tengo que hacer una presentación y mandársela a los protagonistas, que no se lo van a creer.
El domingo, mi excompi adorada M se levantó pronto para llevarme a Barajas, donde también estaba el orlandés, que partía de viaje la misma mañana. El caso es que a pesar de estar allí dos horas antes de la salida del vuelo (¡inédito! ¡lo nunca visto!), casi pierdo el avión, porque las azafatas del check-in tenían tal lío, que me dijeron que igual me podían cambiar a un vuelo directo (porque yo hacía escala en Milán, un sitio muy propio para hacer escala, la verdad), y luego no me avisaron nunca de que, en realidad, no podían. Así que, a cinco minutos de que despegase el avión, me dijeron que me fuera corriendo cargando yo con la maleta. Apasionante. Los guardias civiles no me miraron ni mal, les debí dar pena. Pero la que sí me miró mal fue la que iba sentada a mi lado, porque el avión salió con retraso porque me estaban esperando (que no por mi culpa, leñe). Y la tía se tiró todo el vuelo de más de dos horas mirándome mal... espero que por lo menos le entrase dolor de cabeza.
Llegué a Roma sin más incidentes que un extraño retraso en el segundo avión, y la espera interminable por las maletas en Fiumicino, y cogí el cochecillo a casa, que mereció taaaanto la pena... y llegué a mi casa, donde ya estaban mis compis, preparados para la vuelta al tajo al día siguiente.
Y cómo fue la vuelta a la ofi? Pues tremebunda, porque como siempre, había trabajo que hacer para el día anterior, porque como el analista es tan bien organizado, pues quedaba todo por hacer. Con lo relajadita que volvía yo... me duró más bien poco. Pero bueno, prefiero consolarme con que haciendo informes de estos, aprendo algo. El caso es que me parece penoso que me llamen para abrir un archivo en el ordenador y buscar un dato. Lamentable en grado sumo...
El miércoles fue un remanso de paz, alterado solo por los mails de mis compañeros repartidos por el mundo, para meternos los unos con los otros. En cuanto esté lista, os informaré de la página web del grupo G del curso del CECO 2005, que no tendrá desperdicio, y donde habrá desde versos hasta puestas de sol en nigeria y fotos de fiestas lamentables por doquier... qué juventud ésta.
Y el jueves tuvimos la megarecepción con el embajador en la ofi, porque a nuestra contable le daban una medalla por sus cuarenta años de servicio a la Oficina Comercial. La verdad, cuarenta años tiene mérito. Estuvo muy bien, hubo gente de todas las oficinas de la Embajada, el típico sitio donde conocer gente interesante, como uno de los primeros becarios ICEX, hace treinta años! Y nuestra relación con el MInisterio del Interior Italiano, que nos dijo que si teníamos algún problema con algún carabiniero o algo, le llamásemos... curioso.
Y hoy, pues viernes trece, me ha caído un apasionante informe sobre la reOPA de BBVA a la 13:30 de la tarde. Claro, para el lunes. En fin. El lunes será otra semana, y este finde hay que hacer deberes, porque la semana que viene llegan de visita los becarios Ddorf, y hay que hacerles una visita guiada por los antros romanos... oyoyoy, se va a armar muy gorda, como dice nuestro caballero teutón.
Y de momento, lo que voy a hacer ahora que me siento realizada que por fin puedo actualizar esto, es irme al gimnasio, porque la Navidad es tiempo de paz, amor y alegría, pero se cogen kilos a mansalva (por lo menos yo), así que además del plan "hacer amigos en Roma" he tenido que poner en marcha el de "dieta inminente". El caso es motivarse.
Me voy a dar saltos!!!!
Vayamos en orden cronológico, que luego me hago un lío. Las fiestas transcurrieron en paz; curioso, porque fueron movidas a la vez que familiares. Eso de celebrar cada fiesta en un sitio distinto... exótico. Los incidentes normales, mi madre pueso unas uvas gordísimas en Nochevieja y aún así nos las tomamos (eso dará suerte extra, no?), y para volar a León al día siguiente, pasamos taaaaaaanto miedo... En serio, yo que cojo los aviones como los autobuses, ya estoy más que acostumbrada a las turbulencias, pero es que lo de ese avión no eran turbulencias, eran unas caídas libres tremendas... Lo único bueno es que la azafata no ponía cara de miedo ni nada, o sea que seguramente era normal... o a lo mejor es que en realidad era un robot o algo así... aunque no sé, porque saludó a la chica que se sentaba detrás así como con mucha familiaridad... Bueno, el caso es que llegamos. Y los Reyes bien, una semanita pacífica en León, en la cual me hicieron una entrevista en la radio acerca del comercio exterior. Como siempre últimamente, me trajeron una maleta... se está convirtiendo en una costumbre, así como me voy a parar en ningún sitio!!!
Bueno, después la pasada express por Madrid, para hacer noche antes de partir hacia la ciudad eterna; quedada con los amigos en la cervecería del récord y visita al antro más antro de todos los antros del mundo mundial, el nunca bien ponderado Ávalon, que por supuesto sigue hospedando fumadores y todo tipo de fauna nocturna (y diurna de la que anda perdida). El resultado, ciento cuarenta fotos en las que salen mius amigos y otra serie de personas que no sé quienes son... creo que fue porque K se llevó la cámara un rato... el caso es que son documentos gráficos para guardar, por si alguna vez me los pide la CIA o algo. Tengo que hacer una presentación y mandársela a los protagonistas, que no se lo van a creer.
El domingo, mi excompi adorada M se levantó pronto para llevarme a Barajas, donde también estaba el orlandés, que partía de viaje la misma mañana. El caso es que a pesar de estar allí dos horas antes de la salida del vuelo (¡inédito! ¡lo nunca visto!), casi pierdo el avión, porque las azafatas del check-in tenían tal lío, que me dijeron que igual me podían cambiar a un vuelo directo (porque yo hacía escala en Milán, un sitio muy propio para hacer escala, la verdad), y luego no me avisaron nunca de que, en realidad, no podían. Así que, a cinco minutos de que despegase el avión, me dijeron que me fuera corriendo cargando yo con la maleta. Apasionante. Los guardias civiles no me miraron ni mal, les debí dar pena. Pero la que sí me miró mal fue la que iba sentada a mi lado, porque el avión salió con retraso porque me estaban esperando (que no por mi culpa, leñe). Y la tía se tiró todo el vuelo de más de dos horas mirándome mal... espero que por lo menos le entrase dolor de cabeza.
Llegué a Roma sin más incidentes que un extraño retraso en el segundo avión, y la espera interminable por las maletas en Fiumicino, y cogí el cochecillo a casa, que mereció taaaanto la pena... y llegué a mi casa, donde ya estaban mis compis, preparados para la vuelta al tajo al día siguiente.
Y cómo fue la vuelta a la ofi? Pues tremebunda, porque como siempre, había trabajo que hacer para el día anterior, porque como el analista es tan bien organizado, pues quedaba todo por hacer. Con lo relajadita que volvía yo... me duró más bien poco. Pero bueno, prefiero consolarme con que haciendo informes de estos, aprendo algo. El caso es que me parece penoso que me llamen para abrir un archivo en el ordenador y buscar un dato. Lamentable en grado sumo...
El miércoles fue un remanso de paz, alterado solo por los mails de mis compañeros repartidos por el mundo, para meternos los unos con los otros. En cuanto esté lista, os informaré de la página web del grupo G del curso del CECO 2005, que no tendrá desperdicio, y donde habrá desde versos hasta puestas de sol en nigeria y fotos de fiestas lamentables por doquier... qué juventud ésta.
Y el jueves tuvimos la megarecepción con el embajador en la ofi, porque a nuestra contable le daban una medalla por sus cuarenta años de servicio a la Oficina Comercial. La verdad, cuarenta años tiene mérito. Estuvo muy bien, hubo gente de todas las oficinas de la Embajada, el típico sitio donde conocer gente interesante, como uno de los primeros becarios ICEX, hace treinta años! Y nuestra relación con el MInisterio del Interior Italiano, que nos dijo que si teníamos algún problema con algún carabiniero o algo, le llamásemos... curioso.
Y hoy, pues viernes trece, me ha caído un apasionante informe sobre la reOPA de BBVA a la 13:30 de la tarde. Claro, para el lunes. En fin. El lunes será otra semana, y este finde hay que hacer deberes, porque la semana que viene llegan de visita los becarios Ddorf, y hay que hacerles una visita guiada por los antros romanos... oyoyoy, se va a armar muy gorda, como dice nuestro caballero teutón.
Y de momento, lo que voy a hacer ahora que me siento realizada que por fin puedo actualizar esto, es irme al gimnasio, porque la Navidad es tiempo de paz, amor y alegría, pero se cogen kilos a mansalva (por lo menos yo), así que además del plan "hacer amigos en Roma" he tenido que poner en marcha el de "dieta inminente". El caso es motivarse.
Me voy a dar saltos!!!!
Comentarios
A ver si somos justos con la verdad. (Bueno no era esa la expresión que euría usar pero tu entiendes mis limitaciones)
Goose
Esto... no sé que quieres decir, la verdad... lo único que sé de la verdad es que está ahí fuera.