De vuelta, con todo lo que implica
Cuando era joven ( iba a decir pequeña, pero no es exacto ), y me escribía pppfísicamente con S ( y dios sabe lo que lo echo de menos !), recuerdo que un concepto recurrente en nuestras cartas es que escribíamos más cuando estábamos tristes. No es estrictamente cierto, porque también es verdad que cuando pasaba algo divertido, o emocionante, o simplemente alegre, también luego corríamos a contarlo. Con el blog me pasa un poco lo mismo; hay eventos que me dan más ganas de escribir que otros, pero la inspiración como que viene más fácilmente cuando ando tristona o de mal humor. Que es lo que me pasa estos días. Le dije a mi jefe que se me había gastado toda la poca paciencia que tengo en Túnez, y no me creyó, así que no es culpa mía. Después de haber estado casi tres meses batallando cada día ( literalmente ) por montar un programa, moviendo la oficina, explicando todo a un personal nuevo pero con unas ganas enormes de trabajar, vuelvo a casa y me encuentro la misma oficina de siempre. E...