Aviones y pensamientos
Como veis, el tiempo libre me cunde y he vuelto a actualizar el blog... y además, estaba yo pensando que este blog sin aventuras es como una aceituna sin anchoa, un poco decepcionante... Ya sabeis, claro, que no es la falta de aventuras lo que me lleva a no escribir, porque de esas tengo muchas, producto de la conjunción entre el imán de sucesos bizarros que es mi persona y los lugares a los que me lleva mi trabajo (y todo, por culpa de la educación perniciosa que recibí en mi hogar). Y no sólo de aventuras, porque en este blog, cuyo propósito original se pierde en la noche de los tiempos (y ya puedo confesar, fue la pura envidia lo que me hizo abrirlo, imagino que si el Arquero llega a leer esto, me escribirá un mail furioso como el de la tortilla de patatas), también cuento neuras, decepciones, impresiones y hasta doy buenas noticias. O las daba. Pero en realidad, todo esto no es más que una clasificación de lo inclasificable (de esas que yo odiaba cuando estaba en la universidad), p...