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Mostrando entradas de agosto, 2007

Palabras perdidas

Las que no se dicen, aunque a veces estén en la punta de la lengua, quemando. En mi caso, la mayor parte de las veces son adjetivos y adverbios. Cuando la frase exacta no es: " me alegro de que hayas venido" , sino " me alegro mucho de que hayas venido ", y en esa sola palabra de diferencia hay un mundo de significado... Pero esas palabras no se pierden... se quedan en una especie de papelera de reciclaje en la mente, para que uno pueda tranquilamente volver y examinarlas, verlas del derecho y del revés... lo único que no se puede hacer es retroceder en el tiempo y decirlas en el lugar exacto en el que debían haber estado. A veces, sólo algunas veces, se abre la posibilidad de volver a hablar con el receptor que jamás recibió su palabra y decirle: ¿Sabes? Aquel día tenía que haberte dicho ... Nunca será igual, porque las palabras que no se han dicho son las que habrían podido cambiar las cosas; pero al menos, se pueden sacar de la papelera. Mucho más difícil es reti

Excepción

Odio youtube, supongo que porque la mayoría de las cosas que me llegan son de vídeos chorras y pérdidas de tiempo. Peeeero, toda regla tiene su excepción, así como toda historia tiene su principio. Ecco, por qué me gusta mi trabajo:

Nueve minutos

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Salgo de la oficina y está lloviendo... bueno, chispea, pero de esa manera insistente e invernal, las gotas están frías, las noto en la cara mientras cruzo el miniparking hasta llegar al taxi amarillo que me está esperando. Cuando el taxista ve que soy yo la que va hacia el taxi, arranca y se acerca despacio hacia mi, con la sana intención de que me moje menos. Tarde, campeón, podías haber aparcado dentro, aunque ya da igual. Tampoco me importa mojarme un poco, este año casi no he tenido invierno... Me siento y le digo mi dirección, despacito, para que no se líe con mi acento y los números. Ya he aprendido a hablar despacio, porque el español es suficientemente distinto como para que algunas veces no nos entendamos al hablar. Estamos en marcha, por la trece calle abajo. Pero de repente, ya no estoy en Guatemala... los coches bajo la lluvia son iguales en todas partes, en todos sitios, los faros que iluminan las gotas de lluvia que les caen delante. Mientras el taxi avanza, disfrutando

Sólo cosas

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Me está costando escribir este post... veo que llevo ya casi dos semanas con él a medias. Y ello se debe tanto a falta de tiempo como a la falta de inspiración en los pocos ratos libres que he tenido últimamente. Obviamente han pasado muchas cosas. Bueno, han pasado muchas pequeñas cosas que forman pequeños todos, y grandes cosas han pasado cerca. Empecemos por las grandes, que así no me estorbarán después (porque escribir, como bien sabe S, es un poco como exorcizar los pensamientos, que se quedan tranquilos y quietos en el papel, o en la pantalla). Casi nos ha pasado Dean, que se ha quedado en México (al menos de momento, parece que va a desaparecer allí). Como cuando subí al volcán, la fuerza de la naturaleza me sobrecogió al ver en la foto de satélite que Dean era (y es) más grande que Guatemala. Mucho más, de hecho. Habré visto montones de fotos de tormentas en el telediario, pero nunca las había comparado con nada. Enorme se queda pequeño... Gigantesco se queda pequeño también...

Kika Magia

Después de pensarlo y valorarlo, he decidido incluir el blog de esta niña entre mis lecturas, primero, porque lo leo, y segundo porque ha superado el umbral de los tres posts con lo que me identifico un montón ( término técnico ). No nos conocemos en persona, aunque podríamos habernos conocido en algún momento. Y entiendo perfectamente lo que es tener el paralelismo metido en la vida de una hasta las trancas, chata. Asuntos a parte, felicitadme, oh, hados del destino, oh, lectores incautos, porque he puesto en marcha uno y medio de mis tres pasos para la resolución de mi vida en el próximo futuro... Conociendo mi extraña tendencia a fastidiarlo todo a lo Bridget Jones, no saldrá nada como yo lo quiero... Pero, la vida es lo que planeamos mientras nos sucede otra cosa ( no sé quien lo dijo, tengo que tomar rabillos de pasa ).

Amistad, friendship, amitié, freundschaft, amicizia...

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El rincón de la etimología, que hacía mucho que no lo recordaba... dos raíces para la palabra equivalente a amistad: la latina, amicus , derivada del griego a(m)ego, sin mí mismo, o sea, que la otra persona es el reflejo de uno mismo?... Y la palabra nórdica derivada en inglés y en alemán del antiguo Hochdeutsch FreEon , una derivación de libertad... será por que cuando estamos con amigos sinceros nos comportamos como somos de verdad? Las dos raíces me gustan mucho. Siempre una forma tan distinta de pensar los nórdicos y los latinos... Y en el mundo real, la amistad es un curioso sentimiento... Esto, a raíz de cosas que leí en la red ( aquí y fuera de aquí.. . querida S ): Todo lo que siempre quisiste saber sobre la amistad y nunca te atreviste a preguntar. Antes, cuando yo era más aficionada a las citas ( o mejor, cuando dedicaba tiempo a buscarlas ), pensaba que era verdad una cita que reza: " La amistad es el amor en estado puro"... no. Porque en la amistad no pierde uno

Instantes

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Como el fin de semana al final no tuve fuerzas para irme a escalar volcanes, para paliar mi vicio de fotografías, me he puesto a repasar las antiguas, con ánimo de hacer un par de cosas con ese incómodo photoshop... pero, como siempre que abro un álbum o una carpeta de fotos, me encandilo mirándolas y al final no hago nada con ellas más que ordenarlas y reírme o ponerme triste, según toque. Mi vicio por la fotografía empezó la primera vez que estuve en Italia, pero entonces no tenía yo una cámara digital, porque el mundo no era tan moderno como es ahora, que si sacas una cámara reflex, te miran raro. Después, antes de irme a Hamburgo, me compré mi primera cámara digital, que me ha acompañado fiel y taimada, siempre quedándose sin pilas en los momentos más inoportunos, pero logrando hacer siempre fotos lamentables en bares. Bueno, en realidad la fotografía me gustaba de mucho antes, pero tal vez fue entonces, cuando me fui de casa la primera vez, que empecé a echar cosas de menos de ver