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Mostrando entradas de febrero, 2006

El fin de semana del estupor

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Érase una vez que se era, hace muuuucho tiempo, en un galaxia muy lejana, tres becarios que vivían en una casa muy bonita en el centro de la ciudad eterna. Estaban felices, aunque llovía bastante, y unas veces comían pasta y otras no, pero perdices no solían, por aquello de la gripe aviar. El caso es que nuestros becarios vivían en paz y armonía hasta que llegó el fin de semana de la invasión.... Pero en realidad, la historia comienza mucho antes... En diciembre, los miembros de la UAP me comunicaron su determinación de venir a verme, cosa que me alegró, en seguida lo marqué en el calendario (no sólo para que no se me olvidara, quiero decir); UAP y acólitos, pero el espíritu de la UAP ha impregnado el viaje entero; ay mis niños! Parecía mentira que se hicieran realidad todas aquellas cosas que decíamos en las mañanas del invierno uapero, cuando el final del máster tapadera era una hipótesis borrosa... en fin. El viaje ha sido divertido y acertado en todo menos en el clima, que tampoco

Camino a Roma

Parece que la primavera está por fin dando señales de estar inspeccionando el terreno para venir, espero que ponga fin a este largo, larguísimo invierno (aunque sospecho que va a hacer falta algo más que la primavera para sacarme de este estado). Me la imagino tanteando con la punta de los pies el suelo frío, resbaladizo y lleno de baches de esta caótica ciudad... Y me dan ganas de quedarme, a pesar del hambre que hace a las tres de la tarde, mirando como asoma un rayito de sol entre los nubarrones de todas las gamas de azul y gris, mientras pasa un tranvia por la calle, haciendo un ruido imposible que suena a antiguo, a tiempos mejores y a motorini despreocupados dando vueltas al Coliseo. Roma es una ciudad particular (¿y cuál no?), en la que es imposible llegar a ningún sitio cuando y como lo habías planeado, pero que enamora aún sin quererlo. A decir verdad, yo me enamoré de ella a primera vista y sin oponer resistencia, porque nunca me preocupó excesivamente (ahora es cuando me doy

Todos tus rostros

Siempre que pienso en tí, acabo confundida... siempre que pienso en tus ojos y tu expresión, acaban borrándose, como tapados por una niebla que se interpone entre nosotros. ¿Es posible que ni siquiera en mis sueños pueda mirar en el fondo de tus ojos? Eres una posibilidad que se escapa como la arena o al agua por entre los dedos, la palabra en la punta de la lengua, el sueño que se recuerda sólo durante un instante después de despertarse... el rayo de sol que brilla un instante y después escapa... y no volverás nunca, lo sé. Aún así, no tengo la fuerza para olvidarte, no tengo la fuerza para meterme en la campana de cristal que me sugiere mi sentido común y dejar que nunca más nada vuelva a abrir esta herida, no tengo fuerzas para dejar atrás aquello que constantemente quiere ser recordado . Renuncié a esa posibilidad el día que lo inexorable se convirtió en lo cierto. Eres todo lo que quiero olvidar y no puedo, porque estás a la vuelta de cada esquina, pero me huyes constantemente...

Borreguitos

Conste en acta, señor Juez, que el título de este post (al final voy a acabar hablando en esperanto, pero es que no me sale poner entrada) no es porque hoy sea San Valentín, sino por otras razones que expondré más adelante. El hecho de que sea el día de los enamorados a lo más, lo que hace es que me invada una sensación de Bridget Jones, a pesar de no pensar que tener pareja sea lo más importante en la vida. En algún post he comentado ya esa sensación de desubicación, de que en la vida no hay ninguna guía clara que seguir, que en cambio, las generaciones anteriores a la nuestra sí tenían, la inexistencia de un cierto orden de las cosas, más que un lugar hacia el que dirigirlas... No finjais, porque sé que no soy la única que se siente así, y no es que sea malo no tener la vida ya escrita, porque no lo es, es que es más incierto. El hecho de que sea el día de los enamorados tampoco hace que me vaya a quedar amargada en casa, pensando con envidia en todas esas parejas que se van a cenar

Finalmente...

Después de una semana de trabajo ímprobo, constantemente molestado por la red de internet de la que (jaja) disfruto en casa, he logrado ponerme al día con las fotos... Me ha costado, pero a partir de ahora, ya sólo fotos del futuro, que, la verdad, promete. Si quereis verlas, están todas con sus hermosos links a la derecha. Como yo preveía, después de un fin de semana de calma, llega la tempestad. Llevo toda la semana sofocada entre listas de datos en excel, agobiada por todos los datos que no encuentro (maldito sea el Istat) y porque la mitad de los que encuentro no tienen sentido... En fin. Por lo menos, esta semana he obtenido (si! si!) algo de reconocimiento por mi trabajo, que siempre sienta bien. Porque la verdad, tener dos carreras para que te lo único que te dejen hacer sin revisar sea traducir nombres de países... Pero no, ya pasamos de esa fase. Empiezo a desarrollar mis estrategias para que mi trabajo sea casi tan autónomo como lo era en la UAP (o más!)... y ya me da igual q

Fin de semana tranquilo

Desde hace un montón no tengo un fin de semana en el que pueda dedicarme a nada. Entre visitas y viajes, desde la mitad de diciembre no he parado, y eso es mucho no-relax. Así que este fin de semana me lo planteo tranquilamente, aunque esa palabra no me guste especialmente, porque parece que atrae las complicaciones. Una especie de ley de Murphy psicológica... Lo que tengo que hacer es organizarme un poco, porque tengo demasiados frentes abiertos, y por la experiencia sé que eso no es bueno. Tengo muchas cosas que hacer.. mejor dicho, muchos proyectos, muchas cosas pendientes (el problema fundamental de estas últimas es que hay algunas que no me apetece nada hacer), y necesito un attimo de organización... yo, que siempre me he caracterizado por organizarme bien las cosas y luego no hacer caso de mis planes (aunque si aplicamos eso al campo de los estudios, le pasa a todo el mundo, creo). Claro, que todavía no tengo muy claro si los planes están, como las normas, para saltárselas... po

Ich fühl mich unbewohnt

Ich stehe auf, streun durch Haus geht sur Kühlschrank, mach ihn auf er ist kalt, er ist leer, beweg mich im aussichten Raum führ selbstgespräche, hör mich kaum bin mein Radio, schalt mich aus Ich würde mich gern verstehen aber ich weiB nicht, wie das geht der grundriB ist weg ooh, es tropft in Herz mein Kopf unmobliert und hohl ooh, keine Blumen im Fenster der Fernseher ohne Bild und Ton ich fühl mich unbewohnt. Im Spiegel nur ein Gesicht stell mich zur Rede, antworte nicht stummes Interview das nicht steckt in jedem Detail in mir sind alle Zimmer frei und ich dazu ooh, es tropft ins Herz der Kopf unmobliert und hohl, ooh, keine Blumen im Fenster der Fernseher ohne Bild und Ton, ich fühl mich unbewohnt. Zwangsgeräumte gründe gekündigt zur der Zeit keine Seele in vier Wänden hundert Jahre Eisamkeit alles still, unbewegte Zellen und das Wetter gibts nicht mehr die StraBe hat keine Stimme autolos und kein Verkehr ooh, es tropft ins Herz der Kopf unmobliert und hohl, ooh, keine Blumen in F